Hace unos días, militantes, simpatizantes de Morena y cercanos a Claudia Sheinbaum presumieron una encuesta del diario El Financiero, en la que ubican a este partido con el 46 por ciento de las preferencias electorales hacia 2024.
Hace unos días, militantes, simpatizantes de Morena y cercanos a Claudia Sheinbaum presumieron una encuesta del diario El Financiero, en la que ubican a este partido con el 46 por ciento de las preferencias electorales hacia 2024.

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea


Hace unos días, militantes, simpatizantes de Morena y cercanos a Claudia Sheinbaum presumieron una encuesta del diario El Financiero, en la que ubican a este partido con el 46 por ciento de las preferencias electorales hacia 2024. En la oposición, en un muy lejano segundo lugar está el PAN, con 25 por ciento. Si se suman las preferencias de Morena y sus aliados, alcanzan 50 por ciento, lo mismo que los opositores, incluyendo al PAN, PRI, PRD y MC. Nada para nadie.

Pero ayer, el mismo demóscopo, Alejandro Moreno –el bueno–, difundió el resultado de la última encuesta de su serie de evaluación de gobierno de Claudia Sheinbaum, en la que de nuevo tuvo una caída que la ubicó en 49 por ciento de aceptación y 51 por ciento de gente que reprueba su gestión. Esta calificación se ubica en el mismo nivel de mayo de 2021, días antes de perder las elecciones intermedias, en las que la oposición sumó más votos que Morena y sus aliados, y les ganaron en 9 de las 16 Alcaldías. Ha sido un golpe político del que hasta hoy no se ha logrado recuperar Sheinbaum ante la opinión pública, y tampoco en su estado de ánimo, porque desde entonces ha tundido a sus adversarios utilizando a las instituciones a las que tiene alcance como jefa de Gobierno, igualito que en los viejos tiempos del priísmo represor, del cual ella misma fue víctima, pero seguramente ya no se acuerda.

Al parecer se extinguen las posibilidades de Sheinbaum para levantar el vuelo, porque de acuerdo con las mediciones del rotativo mencionado desde junio del año pasado ya hay una tendencia que no se mueve mucho, en la que ha llegado incluso hasta el 54 por ciento de desaprobación, a pesar de que ha hecho campaña intensamente.

Sin duda el pulso social contra Sheinbaum lo debe tener bien diagnosticado el presidente Andrés Manuel López Obrador, –como gran consumidor de encuestas para estrategia– y sabe que le afectó más el choque de dos trenes en la Línea 3 del Metro, el pasado 7 de enero, que provocó la muerte de una joven de 18 años y más de 50 lesionados. Lo peor para es la percepción mayoritaria de los capitalinos de que el Metro adolece gravemente de mantenimiento y ella está más ocupada en su campaña presidencial.

Desde que perdió las elecciones en 2021 ya son muchas ocasiones que López Obrador la rescata. Precisamente para salvarla, en julio de ese año la destapó como su principal corcholata presidencial para 2024, lo que levantó la imagen de Sheinbaum, pues ese apoyo incluyó tirar línea a toda la estructura partidista y gubernamental de Morena para que le ayudaran.

Durante más de un año y medio Sheinbaum recorrió el país y los gobernadores de Morena, sus aliados y hasta algunos de oposición le organizaron eventos multitudinarios –de puros acarreados–. Todo ello, con el también apoyo del vocero presidencial, Jesús Ramírez.

Precisamente tras el accidente en la Línea 3 López Obrador la frenó de sus giras por el país y le ordenó que se ocupara de la CDMX, sabedor de que la tienen perdida, y le dijo que recuperarla y tener una amplia aceptación es un requisito para convertirse en candidata presidencial de Morena. El panorama para Sheinbaum es totalmente cuesta arriba. No es suficiente ya que su jefe político la rescate, al parecer necesita un milagro. Tiene muchos frentes abiertos, el más importante que no va a poder superar es la crisis del Metro, y todo indica que ya arroyó su candidatura. Lo veremos.

David Polanco

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