Línea Fifí

Martín de J. Takagui

La Ciudad de México es una de las más grandes y más pobladas del mundo, con lo que ello representa en cuanto a los riesgos, la inseguridad, los requerimientos de agua y servicios urbanos como transporte, limpia y salud, sobre todo en estos tiempos de pandemia.

Gobernar la capital mexicana siempre ha sido un banquete para los apetitos de políticos de todos los partidos, antes y después de la reforma y de que se emitiera la Constitución de 2017, promulgada por el jefe de gobierno en turno, Miguel Ángel Mancera.

Hoy las obligaciones del o la titular del Gobierno de la Ciudad de México están explícitamente en su Carta Magna y en las leyes secundarias que se han emitido y que están vigentes. Todo ello, representa, sin duda un gran reto para el equipo de gobierno.

El momento que vivimos los capitalinos y nuestro gobierno son muy especiales, pero pocos políticos quisieran estar en los zapatos de Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la capital mexicana, pues pareciera que no tiene muchas alternativas para salir bien librada.

Sus aspiraciones a la candidatura presidencial podrían quedarse en eso, en simples aspiraciones, ya que de no resolver con eficacia los problemas que enfrenta el gobierno antes del mes de junio, se le podría complicar mucho su futuro político.

Es bien sabido que, Sheinbaum Pardo, es una de las consentidas del presidente Andrés López Obrador y q ue es una de las cartas que ha jugado en diversos momentos en el entramado político de la sucesión presidencial.

Sin embargo, desde el año pasado, aunque tomó decisiones importantes y sobresalientes en el manejo de la pandemia en diversos momentos del año pasado, para 2021 las cosas se han complicado y parecen ser amenazantes para el futuro político.

Hoy la Ciudad de México es el conglomerado social con más casos de contagios de Covod-19; y aunque lo nieguen una y otra vez, el sistema de salud federal y local de todas las instituciones del sector, se encuentran saturadas, no hay camas para los enfermos, a pesar de que se presuma que la ocupación es de apenas 71 por ciento o el 80, como estuvo hace algunos días.

El mes de enero a nivel nacional, como en la capital, ha sido el más mortífero de los 10 meses de pandemia hasta entonces, las calles aledañas a los hospitales, Covid y no Covid, muestran campamentos de familiares que permanecen día y noche en espera de informes de los pacientes.

Al mismo tiempo, se vive un clima de tráfico y venta, fraudes y robos de tanques de oxígeno y del mismo gas de vida, que resulta un asunto de vida o muerte para miles de enfermos que se encuentran en sus casas agonizando o tratando de mejorar su condición.

Por si fuera poco, hace tres semanas el incendio en la central del Sistema de Transporte Colectivo Metro ocasionó un caos, a pesar de que la ciudad se encuentra en rogo respecto al semáforo epidemiológico, el cual ya se ha tenido que flexibilizar.

En la CDMX, las manifestaciones y las protestas los cacerolazos de los restauranteros no han dado tregua a la autoridad, mientras que los empresarios de todos los giros presionan al gobierno para que se levante la restricción de las actividades, pues para cada uno de ellos, la suya, es sin duda actividad esencial.

Hoy en semáforo rojo de la capital es un rojo muy rosado, en donde la gente sale, las calles del Centro Histórico, como algunas plazas comerciales y zonas de comercio se encuentran abarrotadas, los puestos de comida en la calle están trabajando.

El programa de registro de teléfono de los usuarios a través del Código QR, no se ve cómo esté funcionando, los teléfonos de emergencia como el 911 no responde a las demandas de la población, la inseguridad sigue a todo lo que da, hasta operativos conjuntos han tenido que realizarse con millonarios decomisos de droga.

El tiempo de Claudia Sheinbaum se acaba, no parece estar acompañada ni ayudada por sus secretarios de gabinete, menos aún del secretario de Gobierno Suárez del Real, dos veces contagiado desde su reciente nombramiento. Qué gran hueco dejó ahí Rosa Icela Rodríguez, pero la vida tiene que seguir y las cosas no pintan bien.

La jefa de gobierno tendrá que echar mano de sus habilidades políticas, de su talento y de su equipo para salir adelante, las elecciones con sus campañas previas están a la vuelta de la esquina y tendrán que idearse nuevas formas de proselitismo para evitar los contagios.

Un panorama verdaderamente complicado para el gobierno capitalino, pero algo tendremos que ver en los próximos días.

Sigamos por la Línea Fifí.

David Polanco

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