Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Cuando se trata de bajar al adversario varón, en este caso Omar García Harfuch, en Morena surgen mayoritarias las voces de los grupos duros que claman por la “paridad de género” y piden que sea para una mujer la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y además le ponen nombre y apellido: Clara Brugada.
Pero si se trata de afectar a la adversaria, en Morena se olvidan de la “paridad de género”, y tratan de descarrillarla. Es el caso de la alcaldesa de la Álvaro Obregón, Lía Limón, la mujer más competitiva de la oposición para la Ciudad de México.
Así tal cual ocurrió este martes: el grupo parlamentario de Morena en el Congreso de la CDMX y sus partidos aliados votaron en contra de concederle licencia por 30 días a Lía Limón para separarse de su encargo en la Alcaldía. Debió ser un mero trámite la aprobación, no sólo porque siempre ha ocurrido en la práctica parlamentaria, sino porque se salvaguardan dos principios constitucionales: la libertad de separarse provisionalmente de una responsabilidad irrenunciable y los derechos político-electorales de competir por otro cargo público.
En la historia reciente de México no existe precedente de que algún Congreso Estatal o el mismo federal haya negado la licencia a quien ostente un cargo de elección popular para ir a competir por otro. Nunca, ni en la Asamblea Legislativa y tampoco en el muy reciente Congreso de la CDMX. Siempre ha sido mero trámite. El único registro que hay de una negativa de licencia ocurrió en 2018, cuando el Senado de la República no autorizó la separación del senador Manuel Velasco, pero en ese caso porque había armado todo un tinglado legaloide: era senador y al mismo tiempo gobernador de Chiapas con licencia, y pidió licencia como senador para ir a Chiapas a terminar su mandato, como gobernador sustituto de sí mismo. Con todo, días después la cámara alta rectificó y le concedieron el permiso a Velasco.
Es sumamente absurdo lo que hizo Morena en contra de Lía Limón, porque apenas hace unos días el Congreso capitalino concedió licencia a varias alcaldesas y alcaldes para competir por otros cargos de elección popular o hacer recorridos de proselitismo político. Es el caso de Clara Brugada, de Iztapalapa, quien podría convertirse, paradójicamente, en la candidata de Morena gracias a la paridad de género que este martes pisotearon los morenistas. A Santiago Taboada también le dieron permiso de separarse como alcalde de Benito Juárez, para buscar la candidatura al GCDMX por la oposición. A Claudia Sheinbaum también le concedieron licencia en junio.
Sin medir las consecuencias, en una decisión totalmente visceral, los diputados morenistas negaron la licencia a Lía Limón porque estaban sumamente enojados debido a que la oposición pidió que se llevara a un formato de parlamento ciudadano la ratificación o no de Ernestina Godoy, cuando a ellos les urge hacerlo antes del 10 de noviembre que designarán sus candidaturas.
Con este bloqueo, quizás en Morena le hicieron un enorme favor a Lía Limón, porque ahora es víctima de un atropello de la mayoría oficialista que quiere frenar sus aspiraciones políticas para la Jefatura de Gobierno, lo que podría catapultar su candidatura, porque sin duda va a conseguir la protección de sus derechos políticos ante las autoridades electorales para competir por otro cargo público. Y seguramente también ganará una denuncia por violencia política en razón de género. Lo veremos.
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