Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Hace unos días, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum se reunió con diputados de Morena del Congreso de la Ciudad de México, encuentro en el que expresó su enorme inquietud porque la sequía que se avecina para la capital puede ser muy delicada para la población, y quizá devastadora para el futuro de su candidatura presidencial: podría secarla como el ahuehuete de la “Glorieta de la Palma” que se le murió.
De acuerdo con uno de los legisladores presentes en esa reunión, Sheinbaum teme el impacto que pueda alcanzar la sequía en una población establecida de más de 9 millones de personas, pero donde transitan todos los días otras 2 millones de personas de otras entidades, y eso genere un efecto político adverso que sea factor decisivo incluso para la derrota de Morena en 2024 en la CDMX.
El timming político juega en contra de Sheinbaum: la sequía es inevitable porque el Sistema Lerma-Cutzamala tiene bajos niveles y fallas técnicas que causan cortes en el suministro. La escasez o falta de agua potable en zonas de la CDMX puede ser prolongada, porque se calcula que el estiaje durará al menos abril, mayo y junio, y en julio Morena va a levantar la primera encuesta para elegir a su candidata o candidato presidencial. Ahí el mal momento para la corcholata favorita del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Que haya agua potable en la CDMX es, por ley, responsabilidad de los gobiernos federal y local. Por eso, la Comisión Nacional del Agua –responsable del Cutzamala– está negociando con concesionarios de pozos de agua en la capital para que aporten el líquido que les sobre a fin de afrontar la sequía.
Sheinbaum también busca distribuir el costo político en los 16 alcaldes de la CDMX, y por eso va a reunirlos en el Cabildo, aunque no queda claro qué tanto le ayudará, porque los ediles no tienen atribuciones ni responsabilidad en materia de agua. A la mejor les saca el compromiso, que será una obviedad, de coadyuvar en la medida de sus posibilidades con pipas de agua durante la sequía.
Esta vez Morena y Sheinbaum no podrán culpar a la oposición, pues las demarcaciones territoriales más afectadas serán las que ellos gobiernan. Por ejemplo, el principal bastión de los morenistas no sólo en la capital sino de todo el país, Iztapalapa, donde para 2024 habrá más de un millón y medio de votantes. Si ahí se le secan las simpatías ciudadanas a Sheinbaum, no sólo podría perder la candidatura, sino muchos votos para Morena en la presidencial.
Se prevé que otras demarcaciones que gobierna Morena sean también de las más afectadas, como Venustiano Carranza e Iztacalco. Incluso Tlalpan, donde vive la jefa de Gobierno y que mal gobierna la perredista Alfa González.
También se proyecta que la sequía golpee más fuerte a la demarcación Gustavo A. Madero, la segunda más poblada de la capital y donde Morena ya enfrenta una oposición creciente, que podría en definitiva ubicarse contra Sheinbaum y Morena. A pesar del pronóstico de que ciertas demarcaciones pueden ser las más afectadas, todas deben estar preparadas para el escenario más adverso.
De acuerdo con el diputado presente en la mencionada reunión con Sheinbaum, varios de sus compañeros salieron de ahí convencidos de que el problema que viene puede ser grave. Por eso desde ya se llevaron la tarea de promover el uso racionado de agua e ir planeando cómo van a apoyar con pipas –que también serán escasas–, para evitar que como el ahuehuete de Reforma se seque la candidatura presidencial de Sheinbaum. Lo veremos.
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