Pues que siempre sí se vale hacer de la política un circo, o usar el circo para hacer política. Parece que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, incurre en una contradicción de facto.
Pues que siempre sí se vale hacer de la política un circo, o usar el circo para hacer política. Parece que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, incurre en una contradicción de facto.

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea

Pues que siempre sí se vale hacer de la política un circo, o usar el circo para hacer política. Parece que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, incurre en una contradicción de facto. Es decir, hace lo que criticó hace un año y medio, acaso porque actualmente la tendencia de Morena en la capital del país es a la baja, con vistas a la elección de 2024, y ella en plena campaña por obtener la candidatura presidencial de su partido.

Sí. Cuando 31 de agosto de 2021 la oposición pidió la renuncia de Martí Batres luego de la golpiza que le propinaron granaderos de la policía capitalina a alcaldesas electas por impedirles el paso hacia el Congreso de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum respondió tajante: “No hay razón alguna, ninguna razón, yo más bien, de verás, pienso que no podemos hacer de la política un circo…”.

Pero los hechos la contradicen. El más reciente, en el contexto del anuncio del concierto de la cantante española “Rosalía”, pues es una evidencia que, al estilo romano, su gobierno es pan (asistencialismo con programas sociales) y circo, para construir y preservar mayorías que les permitan sostenerse en el poder.

Por supuesto que no lo dice, pero esta ciudad es un circo. Por un lado, si hacemos caso a lo que dice Sheinbaum, la oposición y los medios de comunicación son un circo: se exhiben para llamar la atención, para sobre salir, ganar adeptos y que ella los pierda.

Pero también ella hace de la política un circo, o usa el circo para hacer política. El más reciente –un acierto si se pretende observar sólo desde la óptica electoral y populista–, el concierto de Rosalía, cuyos fans en su mayoría son niños y jóvenes que votarán por vez primera en 2024, y busca cautivarlos. Ha sido todo un éxito el anuncio del concierto gratuito de Rosalía en el Zócalo de la Ciudad de México el próximo viernes 28 de abril a las 20:00 horas.

Pero hay más del circo de Sheinbaum, que proviene al menos de 2022 y ha anunciado que continuará. En septiembre del año pasado en el zócalo hubo dos grandes conciertos. Con motivo del Grito de Independencia se presentaron los sinaloenses Tigres del Norte. Y un par de semanas después el Grupo Firme, en que se informó la asistencia de 280 mil personas y hasta con bombo y platillo se anunció que se había roto un récord. En este 2023 se han presentado “Los Sonideros”, con una asistencia de 200 mil personas, y “El Cumbión”, con unos 80 mil asistentes, también al zócalo.

Como nadie en el país, el gobierno de Sheinbaum puede hacer grandes conciertos, porque la empresa oligopólica de espectáculos tiene concesionados muchos espacios en la CDMX. Se trata de Ocesa, propiedad de Corporativo Interamericano de Espectáculos (CIE). Otra contradicción, porque quienes gobiernan hoy la capital en su momento acusaron de ser una corporación privilegiada por el presidente Carlos Salinas, pues durante su administración se le entregaron en concesión (de facto privatización) el Autódromo Hermanos Rodríguez, el Auditorio Nacional, el Palacio de los Deportes, teatros. Esos permisos se han ido renovando desde el gobierno de López Obrador y hasta el actual de Sheinbaum. Amor con amor se paga, y por eso Ocesa ayuda al GCDMX a conseguir a artistas de renombre para espectáculos masivos y gratuitos en el zócalo. Circo al pueblo, pues. Después del de Rosalía, según Sheinbaum, vienen muchos conciertos más. Entendible, estamos en campañas. Lo veremos.

David Polanco

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