Lo peor para sus aspiraciones y de la postergación de lo que llaman “4T”: según las encuestas Morena ya perdió la capital. Pero la moneda está en el aire, porque todavía no podría decirse que la oposición ya la ganó, aunque el panorama les es favorable, porque el desgaste del gobierno va a continuar.
Lo peor para sus aspiraciones y de la postergación de lo que llaman “4T”: según las encuestas Morena ya perdió la capital. Pero la moneda está en el aire, porque todavía no podría decirse que la oposición ya la ganó, aunque el panorama les es favorable, porque el desgaste del gobierno va a continuar.FOTO: MARIO JASSO/CUARTOSCURO.COM

Glorieta de Colón

Ni porque en la CDMX tienen el aparato de los tres poderes de su lado, los de la 4T consumaron su plan contra los panistas. Fallaron en todo: la Fiscalía no pudo guardar la secrecía; el Poder Judicial se tardó; el Gobierno de Claudia Sheinbaum descuidó la estrategia política y legal, y los diputados de Morena en el Congreso, que coordina Martha Ávila, fueron rebasados por desconocimiento de la Ley Orgánica.

Todo este aparato de Morena no pudo conseguir la fotografía del diputado coordinador del PAN, Christian Von Roehrich, frente al Congreso, esposado y flanqueado por policías de investigación. Fallaron porque alguien de la porosa Fiscalía le dio el pitazo al panista de que iban por él. También tardó la orden de aprehensión, porque los juzgados estaban en paro, pues la Secretaría de Finanzas de Sheinbaum no les quería pagar sus aguinaldos.

Y en el Congreso, Morena intentó evitar que el diputado Federico Döring, el que arrancó la difusión de los videoestándalos en 2004, presidiera la Junta de Coordinación Política. Ya nada más falta que Von Roehrich les gane un amparo y vuelva al Congreso, pues aunque la Constitución de la CDMX establece que los diputados locales no tienen fuero para delitos del orden común, la Constitución federal, que está por encima, establece con claridad que diputados locales y federales tienen tal inmunidad procesal.

 

¿Bad Bunny en el zócalo?

El presidente López Obrador propuso al cantante Bad Bunny que haga un concierto gratuito en el zócalo capitalino. Le ofreció poner las luces y el sonido. Lo que no dijo el mandatario es que le pueden doblar el brazo a la empresa oligopólica de espectáculos, OCESA, para que consiga al cantante… ¡y gratis! Hay manera de presionarlos: son concesionarios del Autódromo, el Auditorio Nacional, el Palacio de los Deportes, espacios en Ciudad Deportiva de La Magdalena Mixhuca. Pero también son propietarios de Ticket Master, la empresa que violentó la ley el fin de semana pasado en el concierto de Bad Bunny en el Azteca. De que pueden, pueden.

 

David Polanco

You may also like

Comments

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *