CIUDAD DE MÉXICO, 2 de agosto, (CDMX MAGACÍN).- En distintos bares de la CDMX y el país se ejecutan distintos crímenes, pero nadie habla de ello ni existen estadísticas. Existe un acuerdo tácito y arraigado de no mencionar las atrocidades que se viven en eso lugares, donde el personal de seguridad se mimetiza con la delincuencia, ejerce sus propios negocios en esos locales o desconoce cómo evitar los ilícitos que ahí se cometen.
Venta de drogas, ingreso con armas de fuego, secuestros, crímenes sexuales y de abuso de poder y otros, son comunes en esos lugares de entretenimiento nocturno.
Arturo Ortíz, director de CIPI Proteccion, empresa de capacitación en seguridad, menciona que la raíz de los ilícitos perpetrados en bares, centros nocturnos y antros, es que el personal carece de preparación y destrezas. “Hasta el 66%, incluso, desconoce qué hacer en caso de riesgo potencial”, menciona el empresario.
Así, el personal del antro no logra identificar los peligros y valorar los riesgos. ”Entonces no se establecen los controles necesarios ni se protege la seguridad dentro de los bares, antros y centros nocturnos”, menciona Ortíz.
En México existen 25,000 centros nocturnos que contribuyen hasta con el 10% del Producto Interno Bruto al sector de alimentos y bebidas. “Se trata de un lucrativo negocio que pierde hasta el 43% de sus ingresos por actividades delictivas”, menciona el directivo de CIPI Proteccion.
Ante esto, “ los empresarios del ramo ya buscan profesionalizar a su personal en materias como detección de conductas de riesgo, primeros auxilios, protocolos de protección civil, control de acceso, defensa personal, control de masas y otros. Invierten en la seguridad personal y patrimonial de sus clientes”, menciona Ortíz.
En el curso especializado en centros de entretenimiento nocturno, se debe capacitar al personal en detección de drogas, marco legal e incluso relaciones públicas, asegura el directivo, pues “una capacitación integral del personal de seguridad tiene un retorno de inversión de al menos 10 pesos por cada uno invertido gracias a la fidelidad de clientes, mayores consumos, reputación empresarial y otros beneficios”.
De acuerdo al vocero de CIPI Proteccion, “bares, discotecas y ancos se consideran giros negros porque no está regulado y acreditado el personal de seguridad. Entonces aparecen como hoyos negros donde se cometen infinidad de crímenes contra los propios consumidores de esos lugares y la sociedad en general”, aseveró Arturo Ortíz.
En general, el círculo vicioso en estos lugares de entretenimiento inicia con la contratación de personal “se limitan a contratar hombres altos y fuertes sin considerar antecedentes delictivos y perfiles profesionales. Incluso, a veces ni siquiera conocen el nombre. Así, cuando ocurre una tragedia, los dueños del lugar asumen que los implicados no eran parte de su personal”, comenta Ortíz.
La capacitación de seguridad en bares, centros nocturnos, discotecas y similares no debe limitarse a “emplear sistemas rutinarios de comunicación, sino que exige conocimientos y destrezas avalados por certificaciones internacionales”, agregó Arturo Ortíz.
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