Bajo la sombra del Ángel

Enrique Serna
@esernamx


La expresión «secreto a voces» no puede aplicarse, del todo, a que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum figure como la virtual abanderada de Morena para 2024, sería casi un eufemismo; pero tampoco se puede negar que parece ser la predilecta de Andrés Manuel López Obrador.

Los entendidos en política mexicana señalan que tras los cuestionables resultados del 6 de junio, desde Palacio Nacional se emprendió una campaña en rescate de la científica, pues con aquel domingo trágico se corroboró lo que muchas encuestas decían, su popularidad iba en constante baja; las causas eran diversas, la Línea 12 y los copiosos incidentes en el Metro, la inseguridad, el manejo de la pandemia y la violencia de género entre los más expresados por la ciudadanía, y por risible que parezca, hasta los baches o los cambios de nombres con tendencia prehispánica.

Sheinbaum y la falange chilanga de la cuatro te, se negaban a asumir una realidad evidente que se exponía en diferentes frentes, mediante manifestaciones de taxistas, mujeres, población indígena, ferieros, empresarios, comerciantes. A todos los minimizaron y colocaron como una minoría conservadora moralmente derrotada por haber perdido sus privilegios.

Fiel a su tendencia de omitir cualquier autocrítica, prefirieron germinar, y peor, creerse la versión de ser las víctimas de una conjura maléfica para impedir el triunfo de la cuarta transformación; así siguen, pese a los resultados.

La repentina insistencia presidencial de recorrer la Ciudad de México para abrir Bancos del Bienestar no es gratuita, la supuesta campaña para rescatar a la mandataria chilanga lo requiere, habrá que empezar a mostrar sus bondades en la palestra nacional para que México se de cuenta, como el propio macuspano ya perfiló, «vamos a continuar con Claudia».

Pero negar la realidad no quiere decir que no exista, el interés en reforzar la presencia en la capital refleja también la preocupación por el evidente debilitamiento del principal bastión lopezobradorista.

Faltan tres años para 2024, muchos pensarán también que es demasiado pronto, pero que importa eso para los especialistas en veladas campañas de hasta 18 años. Campañas que incluso no han terminado.

La promoción personal de la Doctora ha sido ampliamente cuestionada por la oposición. Ya se dio una vuelta en Chiapas para presentar los resultados de la reconstrucción en la capital.

Luego fue a la toma de protesta de la gobernadora de Tlaxcala, también presidió un evento nacional con mujeres morenistas ganadoras de algún puesto de elección popular en el país, donde mencionó que para ella, un proyecto de nación tenía que ver con la agenda de género, tema que no la tiene del todo bien parada en la ciudad, según cifras oficiales que ha dado seguimiento esta columna de manera sistemática.

Criticada o no, la estrategia para impulsar a Sheinbaum Pardo parece operar, se encontró la manera de mostrarla a nivel nacional; sencillo, hay que invitarla a todos los eventos de los Secretarios de Estado, a todos los posibles; a las ceremonias cívicas, cumbres multilaterales e inauguraciones de museos; hay que planear la gira de AMLO en la ciudad y hay que grabarle videitos, vulgatis conocetia, «pa’l feis»; bien maquilladita eso sí.

También hay que asignarle a Julio Scherer para empezar a delinear la campaña. ¿Qué podría salir mal?

Pero el cartucho de Scherer le explotó demasiado pronto con la «caja» que se abrió para revelar los Pandora Papers.

Para minimizar las críticas, que le sobran, sólo hay que ceñirse al argumento infalible; «no es cierto, es parte de la campaña de desprestigio de los conservadores desesperados por haber perdido sus privilegios»; si, parece repetitivo pero así es, o como expuso también AMLO, «¿o estoy mintiendo?».

No se haga extraño que en los tres años que le quedan al sexenio veamos a la mandataria hasta en la sopa, en eventos de todo tipo; reuniones diplomáticas, congresos de Morena, presentaciones de resultados de programas sociales, Tianguis Turístico, entre otros. Ya estuvo en el aniversario de la SEP y anunció su «apoyo» al tabasqueño el 20 de noviembre en el Zócalo, pero ya nos dimos cuenta que el apoyo será para ella, ante semejante convocatoria y escaparate nacional.

Y para hacer de abogado del diablo, no se haría raro, y aclaro que esto es pura especulación; que así como los gobernadores de oposición intentaron conformar un frente, los afines al régimen funden una «asociación de gobernadores en defensa de la cuatro te», presidida Sheinbaum, cuya labor sea celebrar reuniones en los estados para promover la continuidad de la transformación.

Sheinbaum a costa de qué, Morena en la encrucijada

Aunque Mario Delgado ya expuso que la candidatura se definirá mediante encuesta y no por la decisión de un personaje, a Morena ese procedimiento le ha generado más problemas que soluciones, y si bien todo llega a cauce, a veces, con un impulso desde Palacio Nacional, las fisuras son imborrables.

Cuál será el costo de una posible candidatura para la Doctora, no es poca cosa, Morena está frente a una posible encrucijada. Según varias encuestas Sheinbaum y Ebrard acumulan mayor simpatía para 2024, pero entre ambos sobresale la Línea 12 de Metro.

Para la mandataria el incidente representó un gran problema heredado, pero le dio la oportunidad de asestar una primera contusión con los resultados del dictamen que apuntan a errores en la edificación.

Por otro lado está Ricardo Monreal, quien ya dio a conocer su intención de llegar a 2024 y cuyo capital político no se debe subestimar.

Cuál será el destino de Morena, las fisuras y diferencias serán tan profundas para ocasionar divisiones como ocurrió con el PRD. Llegarán a un acuerdo civilizado, o se impondrá el designio del jefe máximo.

Elegir a la Doctora puede ser o no la mejor opción, lo dirá la historia. Ebrard ha tenido un papel relevante en la cuatro te y goza de cierto prestigio internacional, principalmente por la relación con Estados Unidos; en determinado momento estará en posibilidad tomar decisiones propias.

Por otro lado, AMLO ve en Sheinbaum a «quien lo representa», quien seguramente continuará con su legado, o por medio de quién todavía podría seguir gobernando.

David Polanco

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