Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Aunque falta más de un año de los tres para los cuales fueron electos, por lo menos 8 de los 16 alcaldes de la Ciudad de México ya está en la etapa final de su gestión y en los próximos 90 días trabajarán en su último Informe de Gobierno –lanzamiento de campaña– y en su entrega para dejar en el mayor orden posible la administración y evitarse molestias cuando sean candidatos a otros cargos de elección popular.
A fin de que no se tenga que convocar a una nueva elección, los alcaldes deben solicitar licencia después del 1 de octubre, cuando cumplen dos años en el cargo. Por estrategia les conviene que hasta el inicio del próximo año se tenga que discutir lo de su sucesora o sucesor.
Hacia la tercera o cuarta semana de octubre se prevé pidan licencia Lía Limón, de Álvaro Obregón; Santiago Taboada, de Benito Juárez, y Adrián Rubalcava, de Cuajimalpa. Los tres para buscar la candidatura de la oposición para la Jefatura de Gobierno 2024-2030. Estas fechas se empatan con que en octubre se definirán las reglas del Frente Amplio por la CDMX (PAN, PRI y PRD) para designar candidata o candidato.
También la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada se debería ir en esos días. Para ella hay dos posibilidades: ser la candidata a jefa de Gobierno por Morena y sus aliados, o la coordinadora de su partido en el Congreso de la CDMX, si es que la candidatura recayera en hombre, como todo indica será para el senador Ricardo Monreal, a quien se la prometió López Obrador.
El tiempo legal adecuado para irse es después del 15 de octubre, porque el artículo 65 de la Ley Orgánica de Alcaldías de la Ciudad de México establece que un edil puede faltar de manera temporal hasta 15 días y sólo basta con que lo informe al Congreso. Después, pueden solicitar una licencia hasta de 60 días, según el artículo 66. Es decir, estos 75 días se cumplirían la primera semana de enero, cuando el Congreso tuviera que hacer los trámites de designar alcalde sustituto. Y si no hay acuerdo de dos terceras partes de los legisladores –que es lo más probable–, los encargados de despacho designados por el alcalde saliente podrían terminar la administración.
Otros alcaldes que están ya preparando su salida no tienen ya posibilidad de reelegirse y tampoco les alcanza para buscar la candidatura para la Jefatura de Gobierno, pero sí pretenden un escaño en el Senado o al menos una diputación federal para garantizarse fuero, sobre todo por aquello de que gane la oposición.
Un caso es Armando Quintero, quien a pesar de no entregar buenas cuentas en Iztacalco –es una de las Alcaldías que apunta para que Morena pierda–, pretende ser coordinador de campaña de Sheinbaum para la cuarta circunscripción, donde está la CDMX. Y a cambio de ello asegurar una diputación federal que le dará fuero.
Otro edil que pedirá licencia porque también pretende irse a la campaña de Sheinbaum es Francisco Chíguil, de Gustavo A. Madero, quien por cierto tampoco entregará buenas cuentas, pues de igual manera la oposición podría ganar esa Alcaldía en 2024. Necesita tener fuero.
El caso del alcalde José Carlos Acosta, de Xochimilco, es especial. Ya se reeligió una vez y no puede otra. En Morena les urge que ya se vaya para designar un sustituto a ver si recuperan la Alcaldía que hoy tienen perdida. Acosta es el peor edil de la capital. Estuvo cerca de la revocación y no hay que olvidar que en 2021 ganó de manera muy cuestionable con apenas poco más de mil 500 votos de ventaja. Otros alcaldes quieren su reelección, para lo cual no están obligados a solicitar licencia. Pero esa es otra historia. Lo veremos.
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