CIUDAD DE MÉXICO, 07 de junio, (JOSÉ SOTO / CDMX MAGACÍN).–A las 6:00 horas de este martes 8 de junio de 2021, después de haber prorrogado el emplazamiento a una huelga programada originalmente para el 5 de junio, estallará la huelga en los 25 planteles del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México, IEMS CDMX, de no lograrse una respuesta satisfactoria por parte de las autoridades. El IEMS cuenta actualmente con 2,000 trabajadores que atienden a unos 30,000 estudiantes tanto en la modalidad escolar, como semiescolar. Esto, después de las infructuosas negociaciones que el Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior, SUTIEMS, tuvo con las autoridades de la institución, sin llegar a acuerdos satisfactorios para los trabajadores y para la educación que el IEMS brinda a jóvenes capitalinos.
El anuncio del 4 de junio de 2021 para el paso a semáforo verde en respuesta a la disminución de hospitalizaciones en la CDMX, después de 14 meses en los que la ciudad ha sido azotada sin piedad por la enfermedad y la muerte, ha sido tomada con suspicacia por sus habitantes con sobrada razón. Durante este periodo, la zona metropolitana del Valle de México se convirtió en la metrópoli con mayor exceso de mortalidad acumulada y con mayor cantidad de muertes por la pandemia en uno de los países de ingresos medios que menos apoyos otorgó a su población para paliar sus efectos.
Los capitalinos vimos cómo la pandemia se controló rápidamente en el centro: los barrios ricos que habían importado los primeros casos, fueron los primeros en salir gracias a que sus habitantes podían quedarse en casa.
Los barrios pobres, situados en los alrededores, alejados del centro y con una enorme población flotante que diariamente debe pasar largas horas hacinada en el deficiente sistema de transporte público, no tuvieron la misma suerte. Cientos de colonias jamás salieron del programa de colonias en alto riesgo. Las muertes y prolongadas hospitalizaciones se sucedieron sin descanso; familias enteras fueron diezmadas por el COVID 19 pero también por la falta de acceso a los servicios públicos, sanitarios y educativos que les hubieran permitido saber al menos cómo protegerse mejor.
La criminalización en los medios de aquellos que cada día salían a mantener la economía de la ciudad fue una constante: que si no respetaban las medidas sanitarias, si no usaban el cubrebocas o lo hacían mal, escondía a duras penas el acendrado racismo y clasismo de quienes veían desde su ventana cómo otros se jugaban la vida para mantener el privilegio de los que podían quedarse en casa. Sin apoyos gubernamentales, las familias debían elegir entre el trabajo precario o el contagio de una enfermedad potencialmente mortal que en cada largo trayecto llevaban a sus propias familias.
En el IEMS CDMX todas estas historias nos tocaron de primera mano. Los enfermos y los muertos tenían el rostro de nuestros jóvenes estudiantes y sus familias; los mensajes con solicitudes de extensiones de tiempo o apoyos en razón de la crisis sanitaria, se sumaron uno tras otro a los de la crisis económica. Los abuelos y los padres muertos de forma prematura, las deudas para salvar a los enfermos, los jóvenes saliendo a trabajar durante largas jornadas para mantener a flote a las familias que enfrentaban despidos y cierres de pequeños negocios se convirtieron en parte de nuestra vida cotidiana. Situados en la periferia, prácticamente ninguno de nuestros planteles escapó de la atención a una o varias colonias con riesgo covid durante todos los meses que duró este programa.
Ahora, con el semáforo verde y luego de enfrentar ese desolador panorama, los trabajadores estamos ávidos de regresar para atender a nuestros estudiantes que tanto dependen de los recursos de las escuelas y que tanto necesitan de las actividades presenciales. Por eso hemos prorrogado nuestro estallamiento a huelga por revisión contractual a pesar de la asombrosa indiferencia que durante este último año han demostrado las autoridades que ahora encabezan nuestra institución y que sin chistar siquiera han emprendido a rajatabla el criminal recorte de recursos que aprobó ilegalmente el congreso de la ciudad y que ha dejado nuestras escuelas no sólo sin el presupuesto necesario para infraestructura y mantenimiento, sino que ha ocasionado el despido de más de un centenar de trabajadoras de intendencia, reducido a la mitad el exiguo fondo con el que cada escuela cubría los desperfectos más indispensables ahora que más necesitamos adecuaciones que garanticen la seguridad de estudiantes y trabajadores, y peor aún, ha escamoteado las becas que se encuentran establecidas por ley a los mejores estudiantes y que dependen directamente del presupuesto de la institución.
Sin temor a las consecuencias, las autoridades del IEMS han violado la ley de forma sistemática con la clara intención de destruir nuestro contrato colectivo y con él, nuestro modelo educativo que representó uno de los mayores éxitos para el sexenio como jefe de gobierno del actual presidente: Andrés Manuel López Obrador.
La construcción y puesta en operación de 5 nuevos planteles sin aumentar los recursos al IEMS CDMX y sin crear las plazas necesarias para la atención a los estudiantes beneficiados, no es más que pura demagogia que habíamos visto antes, pero que no esperábamos de aquellos que se ostentan como diferentes de los viejos políticos.
Esto ha empantanado todas las negociaciones que, en defensa de los derechos laborales, ha emprendido el SUTIEMS desde hace varios años a través de procesos jurídicos que hemos ganado y que han sido reconocidos por las autoridades competentes. Éstos, permitirían al IEMS CDMX erradicar de forma definitiva el lesivo esquema de subcontratación, mejor conocida como outsourcing, que mantiene a los trabajadores de intendencia en condiciones de trabajo inhumanas y que permite a voraces empresarios enriquecerse, al quedarse con 65 de cada 100 pesos a costa de la violación de los más elementales derechos laborales y aún humanos de los trabajadores más vulnerables. Permitiría también la justa basificación de todos los trabajadores precarios del IEMS CDMX, incluyendo a quienes trabajan en la modalidad semiescolar y a los profesores de Lengua y Cultura Náhuatl.
Los trabajadores del IEMS pensamos que este es el momento ideal para que la jefa de gobierno se pronuncie definitivamente a favor de los trabajadores para que, al menos en nuestra ciudad, el salario se empareje con del resto de los países del mundo y la mayoría de América Latina. Demandamos a las autoridades del IEMS y las del gobierno de la CDMX encabezado por la Dra. Claudia Sheinbaum que nos provean del presupuesto que tanto necesitamos para cumplir con nuestras funciones a cabalidad, sin que ello represente un riesgo para nuestros estudiantes y sus familias, quienes ya de por sí han resultado ser los más castigados durante este año de pandemia
Aún vacunados todos los trabajadores, representamos apenas el 4% de la comunidad escolar. Al margen se encuentran los estudiantes, que por su corta edad aún no pueden acceder a las vacunas, así como sus padres.
Las autoridades del IEMS CDMX parecen asumir que una vez abiertas las escuelas, los estudiantes regresarán automáticamente y se pondrán al corriente en un mes de todo lo que no pudieron hacer en un año. Desconocen que muchos han tenido que buscar un trabajo para sobrevivir y ayudar a sus familias, otros han tenido que cambiar de residencia, otros más han sufrido pérdidas dolorosas que han desequilibrado su dinámica familiar sin contar jamás con el apoyo institucional que necesitaban.
Tramposamente las autoridades educativas descargan la responsabilidad del abandono escolar en nosotros los profesores, cuando ellas mismas han rechazado de forma reiterada nuestras recomendaciones y solicitudes. Han despojado a los estudiantes regulares de la beca institucional que por ley les corresponde y que, en este contexto, necesitaban más que nunca. Han omitido de forma dolosa hacer las modificaciones a la normatividad escolar que podrían brindar un respiro a los estudiantes que han tenido que dejar temporalmente la escuela por razones económicas o familiares. Han omitido sistemáticamente hacer censos y recabar datos que ilustren las durísimas condiciones por las que han atravesado nuestros estudiantes, y peor aún, se niegan a asumir la responsabilidad del desastre que ellos mismos han causado.
Somos nosotros los trabajadores quienes hemos sostenido la atención personalizada tan necesaria durante esta pandemia con nuestros equipos y nuestros propios recursos, con nuestro tesón y nuestro espíritu solidario, y exactamente por eso rechazamos un regreso que ponga en riesgo a los miembros más vulnerables de nuestra comunidad.
Ojalá el SUTIEMS encuentre ahora sí en la Dra. Sheinbaum la sensibilidad para sanar la dolorosa relación del centro de la ciudad de México con quienes vivimos el histórico abandono a la periferia. Cada peso invertido en la educación de quienes menos oportunidades han tenido, retribuye con creces no sólo a la economía de una de las ciudades más grandes del mundo sino a la disminución de los graves problemas sociales que por décadas la han asolado. Ojalá los trabajadores NO nos veamos forzados a estallar una huelga a todas luces justa para garantizar los recursos a la única institución que acoge sin discriminar a los jóvenes y adultos que mueven cada día a la metrópoli que ingrata, cada noche los expulsa en transportes repletos e inseguros. Ojalá la Dra. Sheimbaum se resuelva por fin a comenzar a pagar la enorme deuda que el rico centro de la metrópoli, debe a la periferia.
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