Clara Brugada habló y prometió mucho, apegada al guión. Chertorivski se autodescalificó con sus palomitas y al final salió del clóset de que es esquirol de Brugada. Quizá las próximas encuestas nos digan que Taboada ya rebasó. Lo veremos. FOTO: Especial
Clara Brugada habló y prometió mucho, apegada al guión. Chertorivski se autodescalificó con sus palomitas y al final salió del clóset de que es esquirol de Brugada. Quizá las próximas encuestas nos digan que Taboada ya rebasó. Lo veremos. FOTO: Especial

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea


Hacia la última parte del debate, Santiago Taboada asestó el impacto más certero contra Clara Brugada: la exhibida de que compró un departamento de 354 metros cuadrados por 330 pesos, lo que desearía cualquier otro habitante no de Iztapalapa, la demarcación que ha gobernado, sino de toda la capital, del país.

Y la puntilla en el posdebate, cuando en breve conferencia de prensa Taboada aseguró que la agrupación política de Clara Brugada en Iztapalapa recibió dinero del gobierno de Felipe Calderón, cuando éste era presidente de la República. O sea, que el archienemigo del primer mandatario López Obrador anduvo financiando a su consentida, la candidata a la Jefatura de Gobierno. Está documentado, aseveró Taboada.

Al mismo tiempo, a unos 20 metros, Brugada también daba breves declaraciones de prensa, con destacado acompañante al que exhibía sin recato y con absoluta desfachatez: Marcelo Ebrard, el jefe de gobierno que construyó la Línea 12 del Metro, esa que se desplomó en 2021 –por fallas de origen, según Claudia Sheinbaum– con un saldo de 27 personas fallecidas. Aproveché para preguntarle a Clara si de pasada daría una explicación al respecto junto con Ebrard, pero evadieron el tema.

Salomón Chertorivski, el tercero en el debate, sólo fue testimonial. Pudo tener un mejor resultado, pero él mismo se descalificó, cuando se le ocurrió decir que llevaba sus palomitas para ver cómo los otros se peleaban, y después al exhibirse de esquirol de Brugada. Por cierto, muy mala la memoria de Chertorivski, pues se atrevió a criticar al viejo PRI, ese con el que trabajó en el sexenio de Ernesto Zedillo, hacia finales de los 1990, en la Secretaría de Desarrollo Social de Esteban Moctezuma, hoy otro disfrazado de Morena.

 

Brugada, apegada al guión

Ya en su actuación durante el debate, quien mejor se apegó al guión fue Brugada. Por eso mismo quedó la duda de si trae una idea de gobierno, o más bien muchas tarjetas que leyó para saturarnos de propuestas.

Cargar con tres gestiones al frente de Iztapalapa tiene sus ventajas, pero también sus costos, por la complejidad de esa demarcación en que había el 20% de los chilangos. Un tema que en 27 años no resolvieron las izquierdas en la capital: la escaseza de agua, que deben llevar en pipas, hecho que se presta a corrupción. Según Taboada, la Alcaldía prefiere surtir del líquido a una empresa fabricante de hielo que a la población.

Del otro lado, Taboada, con la gran ventaja de haber estado al frente de una demarcación muy homogénea, pudo presumir que ha logrado que en los últimos 6 años la Benito Juárez sea la más segura, según el propio INEGI. Eso propone lograr en toda la capital.

Cuando Brugada prometió construir 100 de esos centros comunitarios llamados “Utopías”, dijo que la gente sí los usa, los agradece y contribuyen a su formación, porque hasta albercas tienen. “Darán clases de natación terrestre, porque en Iztapalapa no hay agua”, le reviró Taboada.

Las críticas a su gestión en Iztapalapa principalmente por la falta de servicios, Brugada las quiso llevar al terreno de que Taboada ejerce una especie de clasismo hacia esa zona de la capital. El panista se sacó así el tema: “Tan quiero a Iztapalapa que la voy a salvar, le vamos a dar a las colonias que no le diste: agua y drenaje, servicios”. Y soltó un dato del INEGI: de 2010 a 2020 en Iztapalapa hay 100 mil pobres más. Luego, le espetó que los 27 años de “su equipo político” al frente de la ciudad, lo que llamamos izquierdas, no lograron que fuera ni más segura, ni menos desigual.

 

300% más extorsión y Batman ausente

A partir del discurso de Brugada hubo tres momentos en que le señalaron inconsistencias por no haber defendido a los chilangos de varias decisiones presidenciales que afectaron. Guardó silencio ante el cierre de las estancias infantiles; luego, no dijo nada tampoco cuando al presupuesto de la capital le quitaron 7 mil millones de pesos para el Tren Maya, que bien pudieron servir para darle mantenimiento a la Línea 12 y salvar 26 vidas.

Luego que Brugada ofreció convertir a la CDMX en una ciudad de clases medias, de baja marginación, Taboada le recordó que también se ha quedado callada todas las veces que López Obrador ha agredido a las clases medias chilangas.

Brugada se mostraba incómoda cuando tenía que defender supuestos resultados del gobierno de Sheinbaum, como cuando habló del crecimiento del 3% en 2023, pero no quiso decir que fue menor al de Chiapas y Oaxaca. Y peor, cuando le reviraron que aumentó 300% la extorsión, a pesar del Batman que tenían al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, a quien por cierto no se le vio este domingo entre los asistentes al debate. “Hasta los pozos de agua controla el crimen organizado en la ciudad”, alertó Taboada.

De Brugada, buena expresión esa del “Chilango Moment”, pero con un revire inesperado, de que el mejor momento fue para las empresas consentidas por su gobierno en Iztapalapa, a las cuales les entregó contratos por más de 100 millones de pesos, y le atribuyen vínculos con su director general de Obras, Raúl Basulto Luviano. Ahora Martí Batres lo propuso en la terna para que sea el alcalde sustituto en Iztapalapa. Taboada mencionó como empresas beneficiarias de este personaje a “Fuego Nuevo, Keops, Trueno”.

Así los intercambios en el debate que, si alguien dudaba ganó Taboada, las redes sociales y encuestas posteriores indicaron que fue el más sobresaliente en su desempeño, el mejor calificado porque habló sobre resultados en su gestión, mientras que ella atiborró de propuestas, de esas que no le creen porque también prometió mucho y cumplió poco cuando fue candidata a alcaldesa, y además todo lo debió haber ya hecho el gobierno de Sheinbaum, el de su partido, Morena. Y Chertorivski se autodescalificó con sus palomitas y al final salió del clóset de que es esquirol de Brugada. Quizá las próximas encuestas nos digan que Taboada ya rebasó. Lo veremos.

David Polanco

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