Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
A la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en retiro le falló el momento político. Muy malo fue su timming para anunciar su apoyo a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, rumbo a la Presidencia de la República para 2024.
A la también senadora se le ocurrió expresar tal apoyo en medio de los ataques del presidente Andrés Manuel López Obrador y hasta la propia Sheinbaum contra los ministros de la Corte, principalmente porque gozan de enormes privilegios y emolumentos a costa del erario.
El viernes, Sánchez Cordero externó su “apoyo incondicional” a Sheinbaum para que pueda “continuar con la transformación de México. Tengo ya casi 60 años –en la lucha feminista–, creo que me podría morir tranquila si yo veo que una mujer llega a ser la presidenta de mi país”, dijo. Esta postura es ejemplar, nadie se la reprocha ni en una coma, pero el tema es otro.
Primero: ¿Ante quién hace este anuncio? Con la organización “SUMA Construyendo Sociedad”, que encabeza el ex diputado de Morena, Efraín Morales Sánchez, quien hasta hace poco más de un año acusaba al presidente López Obrador de “absolutista y dictador de México” y ahora apoya a la candidata oficial del primer mandatario. Su molestia provino de que para las elecciones de 2021 Morena no le permitió reelegirse.
También participa en esta organización un diputado chapulín, Janecarlo Lozano, quien en 2021 hizo campaña contra la jefa de Gobierno desde el PRD, por el que fue electo, pero cuando llegó al Congreso local decidió brincar a otro barco, y ahora hasta apoya las aspiraciones presidenciales de Sheinbaum. Y como cereza del pastel, Paola Félix Díaz, dirigente nacional de “SUMA mujeres”, la misma que despidió Sheinbaum de la Secretaría de Turismo capitalina por viajar en un avión privado a Guatemala.
El contexto inoportuno es que Sánchez Cordero, como ministra en retiro, sigue siendo privilegiada, y los ataques de López Obrador la alcanzan. Ella llegó a la Corte producto de que en diciembre de 1994 el presidente Ernesto Zedillo la disolvió. Al fin su comadre, la propuso como la ministra que más tiempo duraría en el cargo, 20 años, pues se fueron retirando y renovando de manera escalonada, ahora todos duran 15 años.
En 2015, Sánchez Cordero terminó su encargo en la Corte y desde entonces sigue recibiendo su salario completo –y hasta copeteado por aquel bono de retiro–. ¿A cuánto asciende? A lo mismo que los ministros en funciones. Es decir, 578 mil 270 pesos mensuales, según posteó hace unos días el Gobierno de México en un tuit.
Más incongruencia de quienes festinan que Sánchez Cordero apoye a Sheinbaum, porque también cobraba doble del erario cuando fue secretaria de Gobernación, durante prácticamente los 3 primeros años del Gobierno de AMLO. En aquellos días ganaba poco más de 100 mil pesos libres al mes, sin dejar de percibir sus emolumentos como ministra en retiro, incluido un aguinaldo de 40 días. Y ya mejor ni hablar del gran privilegio de su entorno familiar, en aquello de las Notarías Públicas que poseen.
Hoy, todavía Sánchez Cordero no ha dejado de cobrar doble del erario, pues como senadora percibe un salario bruto de 119 mil 700 pesos mensuales, sin contar los recursos que se le otorgan para “gestión legislativa”, que llegan a ser de otro tanto, según lo establezca su Grupo Parlamentario. Esta es la doble moral de muchos en Morena: denostar a los privilegiados que no apoyan la “4T”, pero festinar a los que sí los apoyan. Vaya incongruencia. ¡Así son!
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