Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Apenas iniciado su gobierno, el 5 de diciembre de 2018 la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum ordenó una persecución contra el periodista Ricardo Rocha (qepd) para destituirlo antes de tiempo de la Dirección General del Canal del Congreso de la Ciudad de México, en la cual tenía contrato firmado hasta 2022.
Desde entonces, esas labores de presión ya le tocaban a Ernestina Godoy, en esos días presidenta de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso capitalino. Intentó que Ricardo Rocha aceptara el cierre del Canal legislativo, pero ante la negativa del periodista, optaron por la asfixia presupuestaria.
El área administrativa del Congreso, por supuesto dependiente de Godoy, comenzó a retener los salarios de los trabajadores del Canal para debilitar a Ricardo Rocha –acaecido el pasado domingo–. En este contexto se dio la primera incursión del periodista en la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, el 1 de febrero de 2019.
“Abrimos la sesión de preguntas y respuestas. Vamos con Ricardo, primero, por respeto”, dijo López Obrador. Y Rocha se soltó: “Me conmovió mucho lo que usted dijo ayer, de que retener salarios en este país era no solamente un delito, sino también un pecado social. Entonces, yo en esta ocasión quisiera, me permito dejarle, porque represento a más de 100 trabajadores y me duele lo que está pasando con ellos, quisiera dejarle con sus colaboradores, son dos hojitas nada más, tenga usted tiempo de leer este documento que he titulado: ‘La verdad sobre el Canal del Congreso de la Ciudad de México. Un mes de salarios retenidos’. Señor presidente, se lo vengo a presentar con todo respeto a propósito del exhorto que usted hizo ayer sobre esta materia”.
López Obrador respondió: “Lo recibimos y vamos a apoyar en todo lo que podamos. Y reafirmo lo que dije ayer: la retención de salario está prohibida en la Constitución y en las leyes y, además, es un pecado social. Mañana, no, el lunes les voy a traer el fundamento bíblico… es parte de la historia de las ideas políticas, es parte de la historia de la filosofía. Entonces, tenemos que tener ese conocimiento y, en efecto, no se deben de retener los salarios a los trabajadores”.
Un cercano al presidente López Obrador, amigo de Sheinbaum y de Rocha, intercedió para tratar de resolver el conflicto. Pero la jefa de Gobierno para no negociar puso una excusa absurda entre los políticos: que no era asunto de ella, sino del Congreso de la Ciudad de México. Continuaron apretando a Ricardo Rocha: en julio le mandaron desalojar las oficinas porque el Congreso no habían pagado la renta.
Pero Ricardo Rocha no se quedó callado. En esos días, se celebró un foro sobre medios públicos en el propio Congreso. Ahí, el periodista pidió a Sheinbaum que se acordara cuando –30 años atrás– se encontraron en Los Ángeles, California, junto con su entonces pareja, Carlos Imaz. Pero al menos en público Ricardo Rocha nunca reveló lo que ocurrió.
En octubre de ese 2019 le tocó hacer el trabajo sucio al diputado panista Mauricio Tabe, quien como presidente de la Jucopo finiquitó la relación laboral con Ricardo Rocha y todo su equipo.
El domingo, tras el fallecimiento del periodista, 5 minutos después de que López Obrador externó sus condolencias, Sheinbaum lo hizo también en su Twitter. “Descanse en paz el periodista Ricardo Rocha. A sus familiares y amigos, mis sinceras condolencias”, posteó. ¿Alguien le cree lo de “sinceras”? Es pregunta.
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