Palabra de Tigre
Humberto Aguilar Coronad
Es una constante en el mundo, y nuestro país no es la excepción, que cuando vienen momentos políticos importantes, muere un actor político que seguramente iba a aportar su inteligencia, su mesura y su amor por México en esa coyuntura.
En 1989, murió el “Maquío” Clouthier en esos momentos en que se estaba discutiendo esa reforma electoral que exigió hasta el extremo, de hacer una huelga de hambre. Ya no pudo aportar más al diseño de la reforma electoral, pero la reforma se hizo, en mucho, gracias a su exigencia.
Después, en el año 2000, ya que se había logrado la alternancia por la que tanto luchó y promovió, muere Carlos Castillo Peraza. Ya no pudo aportar más a la alternancia, pero nos dejó un gran legado de conceptos democráticos.
Y en estos momentos en que se necesitan voces autorizadas para rescatar a nuestro país del populismo, la irresponsabilidad y las mentiras, se apaga una de las voces más autorizadas para la democracia y la defensa de las instituciones, Porfirio Muñoz Ledo.
Muchos lo recuerdan por su brillante inteligencia, su congruencia política, su rápida capacidad de respuesta, la ironía en sus comentarios y la crítica contundente con lo que no estaba de acuerdo.
Otros lo recordarán por aquella pregunta que quería hacerle al presidente Miguel de la Madrid en su último informe de gobierno, para cuestionar los resultados electorales y señalar el fraude en las elecciones de 1988.
Quedará también en el recuerdo que fue él quien le puso la banda presidencial a López Obrador en 2018, para que años después, desilusionado del actuar presidencial, se convirtiera en uno de los más serios críticos del obradorato.
En lo personal tuve el privilegio de compartir varios momentos políticos, que incluyeron largas horas de enseñanzas, de debate, de historia y de aportación de conceptos para construir, en lo que se conoció como el “Seminario del Castillo de Chapultepec”, la propuesta de reforma electoral que se le presentaría al gobierno en 1996, dado que se había suspendido la mesa de negociación entre el gobierno y los partidos políticos, convirtiéndose en el único escenario en el que los partidos políticos seguían debatiendo y construyendo la propuesta de reforma electoral.
Insisto, se va una voz crítica y fuerte que hoy, hace falta en este país, por su conocimiento de la teoría política y de la praxis política; por su sensibilidad para darle pronta lectura a los tiempos de cambio que se han respirado en diferentes momentos de la vida nacional y porque su legado pareciera el de la inteligencia encarnada en la soledad.
Estoy seguro de que hubiera aportado grandes ideas para la conformación del Frente Amplio por México y del que seguramente será el primer gobierno de coalición en este país.
Descansa en paz Porfirio Muñoz Ledo. Nosotros, seguiremos continuando.
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