Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Muchos en el PRD y en la 4T se preguntan por qué ha sido intocada Alejandra Barrales, a pesar de que saqueó al erario y atacó muy duro a Claudia Sheinbaum cuando compitió contra ella por la Jefatura de Gobierno en 2018.
La respuesta es simple: el botín fue a parar al financiamiento de las campañas electorales del PRD en 2012, incluido por supuesto lo que salpicaron a la de AMLO. Barrales encabezó una operación para sustraer 300 millones de pesos de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal cuando fue la mandamás, entre 2009 y 2012, como presidenta de la Comisión de Gobierno.
Desde esa posición, Barrales se inventó un programa social de becas para supuestos estudiantes de escuelas particulares, que desde su origen era ilegal, porque de ninguna manera formaba parte de las atribuciones, ni responsabilidades de un órgano legislativo. Casi el total de los beneficiarios no existían y tampoco las escuelas.
Este fraude fue investigado por el sucesor de Barrales en la VI Legislatura, Manuel Granados, muy cercano al entonces jefe de Gobierno, Miguel Mancera, expediente al cual tuve acceso en su momento. Descubrieron que Barrales no operó sola. Tuvo el respaldo de varios diputados entonces del PRD y hoy de Morena. Por ejemplo, Víctor Hugo Romo, su escudero, quien se benefició de esta trama para financiar su campaña a delegado de Miguel Hidalgo, en 2012. O Maricela Contreras, para la de Tlalpan. Ambos ganaron.
Otros diputados de esa legislatura que hoy son 4T: Valentina Batres, Beatriz Rojas, Julio César Moreno, Aleida Alavez, Alejandro Sánchez Camacho. También David Razú, que fue muy cercano a Romo como delegado. Rocío Barrera y Karen Quiroga hoy siguen en el PRD.
El plan original de Barrales era utilizar ese dinero para su campaña a la Jefatura de Gobierno en 2012, y la de sus cuates, pues estaba segura de que Marcelo Ebrard la apoyaría. La competencia estaba fuerte con Martí Batres, para entonces secretario de Desarrollo Social. Por eso Barrales creó lo que fue sin duda una de las primeras granjas de bots en Twitter financiada con recursos públicos. La encabezaban Alejandro Torres y Esperanza Barajas, quienes dejaron el periodismo para irse a hacer ese trabajo sucio. La red de cuentas falsas la operaban desde las oficinas de la ALDF con recursos de la ALDF, personal de la ALDF y becarios de la ALDF.
A Batres le armaron una intensa campaña de desprestigio, en la cual lo acusaron de un supuesto fraude por 139 millones de pesos por uniformes que según nunca entregó. Torres y Barajas también ordenaban ataques, agresiones, injurias y difamaciones contra los periodistas que criticaran a Barrales.
Por este tema de los 300 millones, Barrales no pudo ser coordinadora de los senadores de Morena en 2012, posición que le ganó Miguel Barbosa.
A la investigación de Granados se le dio carpetazo porque encontraron que parte de esos recursos fueron también para la campaña de AMLO y de Mancera.
Con esa loza en la espalda, este 2024 regresa Barrales como candidata al Senado, de la mano con Movimiento Ciudadano y Salomón Chertorivski, quien fue su subordinado en el Gobierno de Lázaro Cárdenas, donde cometieron un grave error: compraron en China los útiles escolares para el programa social y quebraron a los comerciantes de Michoacán.
Hoy, para que la terminen de “perdonar”, Barrales va a completar su obra al servicio de la 4T desde el partido esquirol. Lo veremos.
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