El hogar no es para todas las mujeres un espacio de protección, porque los casos donde existen conflictos y abusos derivan en episodios más intensos de violencia, lo que a su vez constituye un riesgo para la integridad de mujeres, niñas y niños.


Ciudad de México, 6 marzo 2021 (ENRIQUE SERNA / CDMX MAGACÍN).- Como lo han señalado diversos análisis y especialistas, un estudio del Instituto Belisario Domínguez del Senado, confirmó que las medidas de confinamiento intensificaron la violencia contra las mujeres, particularmente aquella que es ejercida por el esposo o por personas del entorno familiar, particularmente en casos donde existen antecedentes de violencia.

Según la investigación denominada, “La otra pandemia: la violencia contra las mujeres antes de la pandemia de la Covid”, el hogar no es para todas las mujeres un espacio de protección, porque los casos donde existen conflictos y abusos derivan en episodios más intensos de violencia, lo que a su vez constituye un riesgo para la integridad de mujeres, niñas y niños.

La violencia contra las mujeres se expresa de distintas maneras, desde actitudes sutiles, hasta agresiones físicas y abusos sexuales que dañan su integridad física y emocional, limitan su desarrollo y cancelan sus derechos fundamentales, con la finalidad de controlar, dominar, limitar, prohibir, excluir o minimizarlas.

Se trata de una práctica social ampliamente extendida en todo el país, sostenida en la estratificación social basada en la condición de género que determina la posición de las mujeres y los hombres en la sociedad y define los patrones, valores y estereotipos que conllevan a la desigualdad y discriminación hacia las mujeres.

En 2016, de los 46.5 millones de mujeres mayores de 15 años, 66.1 por ciento, es decir, 30 millones 751 mil 835, señalaron haber vivido violencia de algún tipo, ya sea emocional, económica, patrimonial, física o sexual; ejercida por cualquier agresor, ya sea en el ámbito escolar, laboral, comunitario, familiar o por parte de su actual o última pareja, esposo o novio.

Si se toman en cuenta las denuncias emitidas por las víctimas, este año inició con niveles más altos a los observados en 2019. Si bien la incidencia disminuyó durante abril y mayo pasados, que corresponden al periodo de confinamiento generalizado, a partir de junio se registró un repunte.

«En el caso del homicidio doloso, durante los meses de enero y febrero de 2020 el número de denuncias estuvo por debajo de las reportadas en 2019, repuntando en casi 200 en el mes de marzo y manteniéndose por encima en abril, pero ya mostrando un descenso. Durante los meses de mayo, junio y julio la tendencia en 2020 es menor a la de 2019, principalmente en junio; durante julio, aunque se mantiene por debajo ya muestra un ascenso, y repunta por encima de 2019 en agosto, con un descenso en septiembre y nuevamente se coloca muy cerca de lo reportado en octubre», revela el estudio.

Por otro lado, el feminicidio observa la misma tendencia; en 2020, la incidencia pue más alta entre enero y abril con disminución en mayo y aumento en junio, por encima de lo reportado en 2019. Aunque se mostró una disminución en julio y agosto con respecto a la que se presentó en 2019, para octubre nuevamente incrementan los feminicidios, incluso más que lo reportado en 2019, reveló.

David Polanco

You may also like

Comments

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *