En Otro Canal
Armando Reyes Vigueras
@AReyesVigueras
Es preocupante la manera en que se intenta acallar a quienes expresan alguna crítica al actual gobierno federal y, en especial, al presidente. No sólo hablamos de los despidos que se han dado en distintos medios, de los recortes que obligan a reducir personal y cambiar la línea editorial o a los ataques directos que reciben quienes emiten alguna opinión negativa para el lopezobradorismo, sino que ahora se pide sacar de medios públicos a los que critican en la conferencia mañanera.
Pensamiento único
Imaginen la indignación que hubiera causado si, el sexenio pasado, se hubiera pedido la salida de Lorenzo Meyer de Canal 11 por sus críticas al presidente, o de algún otro periodista o académico que criticara al gobierno.
Pues para nuestra sorpresa, ahora eso no sólo no causa indignación, sino que es promovido directamente por medio de periodistas de medios afines al lopezobradorismo, en un intento de acallar la crítica.
Varios de los asistentes a la mañanera han preguntado al presidente la razón de por qué no se cancela el espacio o se procede en contra de algún columnista o articulista que se expresa críticamente tanto del gobierno como del presidente.
Cabe agregar que es el propio López Obrador quien ha exhibido, bajo el argumento del derecho de réplica, a quienes emiten opiniones que le son negativas, dando a entender que se trata de algo que no se debe hacer pues se trata de un gobierno que no tiene fallas… como tampoco autocrítica.
Pero lo sucedido el pasado 30 de septiembre muestra que, al menos, hay un esfuerzo coordinado que tiene como fin acallar las voces públicas que son críticas a la 4T.
Durante la conferencia mañanera, Ricardo Sevilla, quien se identificó como reportero de Regeneración –medio fundado y dirigido por el actual vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas— aprovechó la oportunidad para, más que preguntar, sugerir la salida de críticos al actual gobierno de medios públicos.
“¿Por qué personajes como Amparo Casar, Ricardo Raphael, Leonardo Curzio, Sergio Aguayo, así como tantos otros enemigos y calumniadores de este gobierno, reacios a la transformación y varios de ellos aliados estratégicos de Claudio X. Gonzáles siguen enquistados, por ejemplo, en el Canal 11? Hay tan sólo por hablar de un caso, un programa que lleva 22 años al aire, Primer Plano”, expuso.
Y prosiguió, “¿Por qué el pueblo de México sigue viendo los mismos rostros, escuchando las mismas voces, los mismos análisis sobados y recalcitrantes, y en todo caso tendenciosos, excluyentes, neoliberales y adversos a la transformación en beneficio del pueblo?”
Es claro que la intención es no sólo sacar de estos medios a quienes opinan de manera distinta a como Sevilla quisiera –quien, por cierto, luego de esa participación en la mañanera denunció que fue despedido del IMSS, en donde había laborado 20 años—, sino evitar que se dieran esas críticas hacia el presidente.
Así, el discurso de respeto a la libertad de expresión, que ya no se censura y se acabó la simulación es sólo eso, un simple discurso que no se traduce en acciones concretas.
Hay varias pruebas –las redes sociales dan amplias evidencias de esto— de cómo se busca acallar la crítica, incluso en sentido contrario a las palabras de López Obrador de que hay respeto a las opiniones distintas y que ahora se debate, pues muchos articulistas y columnistas han sufrido insultos y agresiones al dar a conocer sus textos, en los que ofrecen una visión distinta a lo que el presidente ofrece diariamente en sus conferencias desde Palacio Nacional.
Sin argumentos o evidencias, mucho menos datos, la legión digital sólo descalifica, insulta y amenaza a quienes ofrecen sus opiniones o cifras que demuestran que no todo es tan positivo como el presidente pregona a diario, pues si alguien señala los efectos negativos de la inflación, habla del desempleo o de la informalidad, la crisis en seguridad pública o del manejo de la pandemia, de inmediato surge un usuario de redes sociales –en muchos casos sin o con pocos seguidores— que acusa al autor de mentiroso, de ser aliado de los conservadores o de los neoliberales, de hacerlo por los privilegios perdidos por ser corrupto, pero sin ir a fondo del asunto y ofrecer otros datos que desmienta lo expresado.
Es claro que lo que se busca es establecer un discurso único y acallar cualquier punto de vista distinto al que desea se emita el grupo en el poder.
Es lamentable que alguien como el actual presidente que padeció intentos por acallar su voz y sus críticas al gobierno, ahora permita que se haga lo mismo con quienes hacen lo mismo que él hizo a lo largo de su carrera política y aliente a quienes sólo buscan imponer su ideología.
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