Glorieta de Colón
Nos cuentan que el ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, recibió una oferta que no pudo rehusar: decidió quedarse en Morena y le van a pagar con la coordinación de los legisladores de su partido en el Senado de la República, para todo el próximo sexenio. Nos informan que su decisión no la hará pública el 12 de noviembre, como lo había previsto, sino que la anticipará dos días, o sea el jueves, un día antes de que la dirigencia nacional de Morena dé a conocer quiénes serán las y los candidatos a las ocho gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la CDMX. Además del Senado, cuentan que a Ebrard lo convencieron también con candidaturas para diputaciones y senadurías para su gente, y su candidato en Jalisco, Carlos Lomelí. Si no aceptaba Ebrard, la otra cara de la moneda era más difícil: Línea 12 del Metro, constructoras, proveedoras del gobierno, Fideicomiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Falta ver si no de aquí al jueves, que del plato a la boca se caiga la sopa.
Saboteador ya es amigo
Claudia Sheinbaum lo acusó de sabotaje, pero el lunes se reunió con él y ya son amiguis. Aquí va la historia. En los primeros días del año, el presidente Andrés Manuel López Obrador salió una de tantas veces al rescate de Claudia Sheinbaum: le mandó más de 6 mil elementos de la Guardia Nacional para que le cuidaran las instalaciones del Metro, porque supuestamente enfrentaba un sabotaje, casi al grado de responsabilizar de ello el choque de dos trenes en la Línea 3, el 7 de enero, que causó la muerte de una joven estudiante de la UNAM. De ese supuesto boicot, Sheinbaum y otros altos funcionarios de su Gabinete apuntaron al Sindicato del Metro, que encabeza desde hace más de 25 años Fernando Espino, con quien la confrontación duró varios años, incluso hasta cuando ella se separó del gobierno en junio pasado. Sin embargo, el lunes nos demostraron que ya son: Espino fue uno de los invitados estelares a una reunión de muchos líderes charros con Sheinbaum.
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