Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Todo mundo lo sabía. En Palacio Nacional, en el Gobierno de la Ciudad de México, en la bancada de Morena en el Congreso capitalino: no habían conseguido los votos suficientes para lograr la ratificación de Ernestina Godoy por 4 años más al frente de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. Pero nadie tuvo sensibilidad política para no llevar al Pleno cameral la votación.
Por más que habían presionado a diputados de oposición, como denunciaron los panistas el martes, ofreciendo dinero a cambio de ratificar a Godoy, o amenazando con carpetas de investigación.
En el recinto estaban los 27 diputados que habían prometido públicamente votar contra la ratificación de la fiscal. Morena y sus aliados no tendrían más allá de 39. Se quedaban a 5 de la cifra mágica de 44, pues se encontraban presentes en la sesión los 66 legisladores. Y esos mismos 27 diputados fueron los que pasadas las 5 de la tarde pidieron que se postergara la sesión y se votara el dictamen sobre Godoy, y Morena con 37 votos aprobó que la sesión se suspendiera. El termómetro estaba claro: no tenían los 44 votos. Por eso Morena se rindió.
Subir al Pleno el dictamen era mandar al matadero a Godoy. Por eso no quedaba claro por qué los verdaderos responsables políticos de este proceso legislativo, el jefe de Gobierno, Martí Batres, y el secretario de Gobierno, Ricardo Ruiz, no dieron marcha atrás. Con su mayoría hubieran retirado el proyecto. Ellos los derrotados ante Palacio Nacional. Ellos porque una negociación de este calibre no era asunto de la coordinadora de los diputados de Morena, Martha Ávila. Su posición legislativa estaba rebasada.
Incluso, hasta era tema de Claudia Sheinbaum, como principal interesada en que se avalara la permanencia de Godoy, pues ella es quien le podría garantizar que todos los expedientes que la ponen en riesgo, como el del desplome de la Línea 12 del Metro que dejó 27 muertos o el caso del Colegio Rébsamen que se derrumbó en el sismo de 2017.
Por ello, en este fracaso la gran perdedora es la propia Sheinbaum. Pero también Batres, quien a pesar de la posición de Gobierno que ocupa y la trayectoria política de más de 25 años con cargos de primer nivel, fue rebasado. Y en diciembre termina su gestión y no tendrá fiscal carnal que le cubra las espaldas.
El gran ganador de esta batalla es el virtual candidato del PAN, PRI y PRD a la Jefatura de Gobierno, Santiago Taboada, a tal grado que podría decirse que conquistó la mitad del proceso electoral del próximo año, y empató los cartones para el arranque de campaña con la candidata de Morena, Clara Brugada.
Y es que, prácticamente queda nulificado el escenario que deseaba Brugada: ganar en la mesa la elección, sacando de la contienda a Taboada mediante un proceso penal en su contra, que lo inhabilitara para competir por un cargo de elección popular. Eso sin duda lo habría hecho Godoy, ratificada por 4 años más, pero ahora difícilmente lo hará un encargado de despacho, porque sabrá que su permanencia no irá más allá de un año y tendrá la consciencia de que en una de esas gana Taboada. Con vida artificial, legalmente todavía en un extraordinario podrían intentar de nuevo votar el dictamen en el Pleno, apostando que la oposición no asista. Pero sería ridículo y otra derrota para Morena, que seguramente no arriesgarán. Aunque hay que esperar que caiga el out 27. Lo veremos.
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