TRAS LA PUERTA DEL PODER
Roberto Vizcaíno
No hay sorpresas. Los anuncios previos, y el curso de iniciativas polémicas del período anterior, preveían un escenario muy complicado para el arranque del periodo legislativo febrero-abril.
Ya de sí era muy difícil pensar que en este período en curso pudiera sacarse alguna nueva ley o avanzar alguna reforma, porque justo se empalma con el proceso electoral más complejo y amplio en la historia de México: 15 nuevas gubernaturas, recambio de las 500 diputaciones federales, renovación de 30 legislaturas locales, elección de 1,800 alcaldías y un sinnúmero de regidurías.
En este contexto apenas inició el periodo formal de primavera, en un foro abierto en San Lázaro para retomar la iniciativa de Ricardo Monreal para reformar la Ley del Banco de México a fin de que esta institución absorba los dólares que ingresan al país, provocó un duro embate del sector financiero y patronal hacia esta reforma y sus promotores.
En el foro todo el sector financiero oficial y privado, nacional y extranjero, repitió los argumentos que se presentaron a fines del año pasado en el Senado y que advierten que de pasar esta reforma, se afectaría a la autonomía del Banco de México y se expondrían las reservas internacionales del país.
Como ocurrió a fines del año pasado, al foro de San Lázaro acudieron desde el gobernador del Banco Central Alejandro Díaz de León, Luis Niño de Rivera Lajous, presidente de la Asociación de Bancos de México, hasta los titulares y representantes de la IP integrada en Coparmex y el Consejo Coordinador Empresaria en representación sus más de 30 organismos agremiados hasta la International Chamber of Commerce México, que representa al capital, la industria y el comercio de Estados Unidos en nuestro país.
Todos acudieron con un solo objetivo: advertir que si se aprueba la reforma a la Ley del Banco de México como lo propone la iniciativa de Ricardo Monreal, se estaría condenando al Banco Central a un futuro incierto de sanciones y pérdida de soberanía.
“Obligar a que el Banco de México capte moneda extranjera en efectivo, como lo establece la reforma a la Ley de este banco central, afectaría la capacidad para hacer y recibir pagos en nombre del Gobierno federal y aumentaría el riesgo de depreciación de la moneda nacional…
«Las implicaciones de la iniciativa podrían afectar el cumplimiento de los objetivos del Banco de México y su capacidad para hacer y recibir pagos en nombre del Gobierno federal.
«Así como generar y atender acuerdos internacionales que son centrales para la liquidez en divisas, aumentando con ello el riesgo de depreciación de nuestra moneda nacional y limitando la actuación de las autoridades para mitigar los potenciales episodios de inestabilidad en el mercado mexicano», advirtió Alejandro Díaz de León, gobernador del Banxico.
Simplemente, agregó, se debilitaría significativamente la disciplina con la que deben operar las instituciones financieras para acreditar ante sus corresponsales del exterior la trazabilidad de los recursos que reciben, lo que eleva el riesgo para el sistema financiero mexicano en general.
La International Chamber of Commerce México indicó que el mínimo porcentaje de dinero que entra en efectivo por remesas desde Estados Unidos a México, no justifica el riesgo de vulnerar la autonomía y reputación del Banco Central.
Y mucho menos la estabilidad del resto del sistema financiero del país agregó.
En un comunicado la ICCM identificó cinco vertientes de riesgo de la Reforma Banxico:
1.- La reforma obligaría a Banxico a absorber los dólares en efectivo y ser incorporados a las reservas internacionales, lo incurriría en en sanciones internacionales.
2.- Vulneraría la relación del Banxico con la Reserva Federal (FED) y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, y pondría en riesgo acuerdos celebrados.
3.- Restringiría las operaciones del Banxico con contrapartes extranjeras como la FED, y su línea “swap” en funcionamiento, para reforzar la solidez del sistema financiero mexicano.
4.- Los efectos en los mecanismos contra la corrupción y el lavado de dinero serían devastadores. Se abriría una ventada al blanqueo de capitales ilícitos (delincuencia organizada, fomento al terrorismo, trata de personas y narcotráfico), y vulneraría la autonomía del Banxico, al convertirlo en habilitador o participante en tales conductas ilícitas, y;
- Pondría en grave riesgo al Banxico y a la totalidad del sistema financiero nacional, ante instituciones financieras internacionales.
Los mismos argumentos de fines del año pasado.
Ahora la decisión de aprobar, modificar o desechar esta reforma está en la decisión de los diputados.
MONREAL INSISTE EN REGULAR EL CIBERESPACIO
En conferencia de prensa de inicio del período legislativo de primavera, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la mayoría de Morena en el Senado, informó que justo el domingo terminó de elaborar su iniciativa para regular y salvaguardar el derecho a la expresión y a la información en las redes sociales.
Desechó darla a conocer ahora, porque en estos días tiene agendadas reuniones con los directivos de Facebook y Twitter en México.
Sin embargo adelantó que su iniciativa parte de una reforma a la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, “y el propósito es proteger el derecho de información y proteger el derecho de expresión de todos los usuarios de redes sociales.
“No es censurar, no es eliminar, no es obstaculizar el derecho a la libre expresión de las ideas; sino al contrario, protegerlo y que no sea un ente privado, por muy poderoso que sea, por muy rico que esté en materia económica, el que decida qué personas y qué contenido suprimir de su red, porque todos se conectan a redes públicas, que es el internet… y el ciberespacio es propiedad de la nación, y por esa razón, el regularlos ayuda a que todos estén en condiciones similares para la prestación del servicio público, que es el de información, el derecho a la información y el derecho a la manifestación y la expresión de ideas”.
Pero, y a todo esto, ¿qué es el ciberespacio que pretende regular Monreal?
Los enterados afirman que el ciberespacio es un espacio virtual creado con medios cibernéticos. O sea, no está en la atmósfera o la estratósfera, o en las minas, o en la plataforma continental, o en ningún supermercado.
No está físicamente en ningún lado y lo domina todo.
“El ciberespacio es el ámbito de información que se encuentra implementado dentro de los ordenadores y de las redes digitales de todo el mundo. Es también un tema recurrente en la ciencia ficción”, definen en Wikipedia.
En si es una realidad virtual.
El creador del término y concepto es el escritor norteamericano William Gibson quien acuñó palabra y concepto por primera vez en un relato de 1981, y luego ayudó a popularizarla a través de “Neuromante”, una novela que publicó en 1984 y que obtuvo el Premio Philip K. Dick, el Premio Hugo y el Premio Nébula.
El término «ciberespacio» deriva de «cibernética«, el cual fue acuñado a su vez por Norbert Wiener en la década de 1940, para hacer referencia al estudio de las analogías entre los sistemas de comunicación y de control de las máquinas y los seres vivos. Hoy todos asocian ciberespacio con Internet.
Tan vago es todo lo que se deriva de esto, que va a ser muy complicado que la reforma de Monreal llegue al puerto que él quiere. Por lo pronto me quedo en la primera fila de este combate que viene.
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