Carlos Díaz de León Valdez
Un Gobierno de Coalición o Coalición de Gobierno (GC) descentraliza y distribuye el poder para lograr eficiencia y eficacia gubernamentales con la finalidad de desarrollar la gobernabilidad democrática y normalizar la vida institucional en el presidencialismo democrático. En síntesis, es un régimen político que atiende a los gobernados para que los gobernantes y los partidos se ganen el respeto y la confianza de la población.
El presidencialismo tradicional centraliza el poder y asfixia las potencialidades humanas, territoriales y geográficas del país; sin embargo, en pleno siglo XXI el poder se comparte y desconcentra para agilizar el ritmo y el rumbo hacia el desarrollo. Hoy, es momento de impulsar la democracia liberal y la economía de mercado para desarrollar un capitalismo progresista que conjure populismos, anarquías y desgobiernos. Los GC son democráticos con pesos y contrapesos que fomentan un gobierno donde el poder controle al poder con un mejor equilibrio y corresponsabilidad en su ejercicio para una mejor gobernabilidad democrática.
El Ejecutivo autoritario al conducirse como poder de poderes, subordina al legislativo y al judicial. El presidencialismo tradicional gobierna para atender a los gobernantes y desatender a los gobernados. El GC con el presidencialismo democrático rescatará la máxima del equilibrio del poder: “El Ejecutivo propone y el Legislativo dispone”.
Ahora en México, el GC transitará de los presidencialismos tradicional y transicional al democrático, y con ello anulará la imposición de un solo hombre (AMLO) y pasar al consenso plural, diverso e incluyente, para dirigirnos sin dilación a una gobernabilidad democrática legal, razonable, responsable y de resultados con autoridades legítimas que le garantizan sus derechos sociales y humanos a la población para mejorar y elevar sus condiciones de vida, la gobernabilidad democrática es consecuencia del constitucionalismo moderno.
El Pacto por México (2,XII,2012); en 2014 hizo la reforma constitucional del GC que entraría en vigor en 2018; fue un gravísimo error aplazar su concreción, esa tregua del “peñanietismo” corrupto, patrimonialista y frívolo dinamitó la transición y no democratizamos al presidencialismo. Me recuerda a mi maestro Jesús Reyes Heroles: “DECISIONES TARDÍAS, SON DECISIONES FRACASADAS”; y llega AMLO (ganó con el 53% de los votos) que enloqueció y no entendió el mensaje y mandato electoral, y como siempre los mexicanos por culpa de gobernantes incapaces dejamos pasar una gran oportunidad para dar un gran salto hacia el desarrollo y el tren del progreso “nos dejó colgados de la brocha”. El “peñanietismo” distribuyó y concentró el poder para conservarlo y mejorarlo, pero fracasó por no ir al ritmo de los tiempos, y fue rebasado; y llegó López Obrador con el 53% de los votos y con mayorías en el Congreso, concentró el poder e impulsa una regresión autoritaria, estatista, populista y setentera.
Democracia en riesgo
El artículo 89 constitucional fracción XVII muestra al GC, para que los coaligados y coaligantes (Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano) de la alianza opositora “Va por México”, hoy más que nunca saben que en solitario pierden. El “Pacto Por México” coaligante Enrique Peña Nieto, acuerda con los coaligados PAN, el PRD y el PRI (Gustavo Madero, Jesús Zambrano y Cristina Díaz) firman acuerdos en 1,XII,2012: 1) Cambios constitucionales, 2) Reformas legislativas y 3) Políticas gubernamentales (95 acciones en 5 rubros). El Pacto reconocía: 1) Ninguna fuerza política podía gobernar en solitario, 2) Hay un déficit de gobernabilidad y 3) Requeríamos mejorar el sistema democrático. Definió soluciones y pospuso su adopción para 6 años.
Los GC promotores de la gobernabilidad democrática llegarán para quedarse, si no el deterioro y la regresión democrática serán desastrosos para México. La consigna es: “O derrotamos a MORENA o MORENA acaba con la democracia y lo más grave sepulta al país”.
l GC es presidencialismo democrático sustentado en un legislativo corresponsable y horizontal en la toma de decisiones, donde los diputados y senadores pasarán a ser auténticos legisladores por sus conocimientos académicos y profesionales, se dice: “Hay 500 diputados, y sólo 30 legisladores” o “Hay 128 senadores, y sólo 20 legisladores”. El Ejecutivo propone y el Legislativo dispone, entendiendo que los legisladores representan a la nación y no a una parte que es el pueblo de MORENA, y que representan a toda la población y no a los que votaron por ellos en sus localidades específicas o distritales.
La dualidad ciudadana como elector en un instante y como gobernante el resto del tiempo. El ciudadano es libre en el fugaz instante de ejercer su voto, después logra el derecho al buen gobierno, por tener y ejercer una potestad perenne para exigirle al gobernante. Hay que contrarrestar la idea de súbdito: “en el momento en que el pueblo se da representantes, deja de ser libre y cesa de ser pueblo”. La representación en la nación y no atada al pueblo, evita que los legisladores queden vinculados a los electores distritales o territoriales, sino al conjunto de quienes integran la nación, porque la soberanía pertenece a la nación y ninguna parte del pueblo se la puede adjudicar. Los representantes de la nación y no de los segmentos de la población que los elija, y el gobierno se ejerza en nombre de la voluntad general. Representación y gobierno es el binomio del GC. En la nación debe haber un cuerpo que sea contrapeso y se oponga al pueblo y viceversa.
No entregar el poder a una sola persona
El México del siglo XXI tiene como destino natural y obligado el presidencialismo democrático ejercido por un GC. El Congreso jugará el rol de reductor de incertidumbres, porque las decisiones presidenciales serán consensuadas por un legislativo plural y comprometido con las mejores y las mayores causas nacionales y acompañado por un GC responsable de la gobernabilidad democrática. Los GC promueven una cultura política de asociación, solidaridad, cooperación y corresponsabilidad en el congreso, los partidos y el gabinete. La clave es no entregar el poder a una sola persona, porque peligra la democracia.
Los GC al fortalecer a los partidos como intermediarios entre gobernados y gobernantes, robustecen el sistema representativo, lo que se traduce en mejores niveles de gobernabilidad para generar confianza en la población y el gobierno y así lograr un desempeño ordenado y responsable del poder.
Los GC permiten que nadie pueda por sí mismo tener la capacidad personal de decidir, El Presidente al tener mayor respaldo y representación tiene la fuerza para crear una nueva cultura política y ejercer un gobierno más democrático.
En México, ningún partido en solitario gana la presidencia, por tanto, las coaliciones electorales llegaron para quedarse, para la gobernabilidad democrática son imprescindibles las CG, ejemplo clarísimo: MORENA sabe perfectamente que sola pierde, y Coahuila nos manifiesta el gran temor de MORENA de ir sola e hizo hasta lo indecible por rogarle al PT y al Verde para que se les unieran y no fuera una pésima señal para la elección presidencial.
La gobernabilidad democrática es producto del constitucionalismo moderno que se consolida con un desempeño del poder satisfactorio para los gobernados. El Presidencialismo democrático para ejercer el poder y presidencialismo tradicional para controlar el poder y hace del Congreso comparsa. En México, el régimen presidencial convirtió al Congreso en su legitimador, y por eso ha sido largo el camino y muy lento su recorrido para que el Congreso logre autonomía e independencia.
Presidencialismo democrático
La tendencia con “Va por México” es que el presidencialismo democrático se consolide, sino la democracia peligra y la gobernabilidad se descompone.
En América Latina, los antecedentes emblemáticos de Coaliciones Pactadas son: 1957-El Pacto de Sitges en Colombia, 1958-El Pacto de Punto Fijo en Venezuela y 1984-El Pacto del Club Naval en Uruguay; y 1977-El Pacto de la Moncloa en España. Hoy las democracias latinoamericanas tienden a los GC: Brasil, Colombia, Chile, Uruguay, Paraguay y Perú son presidencialismos con GC tendientes a la democratización.
Los Pactos se plantearon: 1) Instituir el civilismo, recuperar la confianza en los partidos, restituir el tejido social y entrar al juego político interpartidista; 2) Los partidos coaligados formaron un entero (Frente Amplio) al servicio de la nación; 3) La competencia interpartidista será producto de la normalidad democrática; 4) La tregua política para un gobierno de unidad nacional y evitar una oposición que debilite al movimiento democrático; 5) La transición del militarismo al civilismo democrático con un gobierno democrático amplio y gabinete plural; etc.
En Venezuela, con el tiempo el patrimonialismo, la corrupción y la crisis económica precipitó la caída de la democracia; que intentó en 1984 recomponer el rumbo sin éxito y el deterioro institucional permitió que en 1998 llegara Hugo Chávez y ganó con el 56% de los votos por el fracaso de los partidos históricos y su enorme irresponsabilidad al promover una democracia electoral con muy bajo contenido de justicia social (pobreza, desigualdad y corrupción). Esa experiencia nos dice a los mexicanos que pongamos nuestras barbas a remojar porque el “chavizmo” se puede replicar con “AMLO” en México. “O DERROTAMOS A MORENA O MORENA ACABA CON LA DEMOCRACIA Y LO MÁS GRAVE SEPULTA AL PAÍS”.
En el Presidencialismo mexicano el Presidente es jefe de Estado y de Gobierno, por tanto, le es conveniente la CG porque dinamiza el sistema representativo y moderniza la separación y corresponsabilidad de poderes para una mejor funcionalidad del Estado democrático. El Presidente tiene un gran poder coaligante para convocar a los coaligados, y está firme e independiente ante el Congreso, tiene todo a su favor y con astucia para el bien puede reconstruir y construir con rapidez y levantar con celeridad el tiradero que ha dejado AMLO. El Presidencialismo democrático tiene todos los incentivos para desarrollar una CG democrática con un gobierno exitoso. Hoy, México tiene las condiciones para transitar del presidencialismo tradicional al transicional y al democrático con dinamismo y con un GC impulsaría un presidencialismo democrático.
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