Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Cuando el próximo domingo se confirme que las ‘corcholatas’ presidenciales de Morena deben separarse de sus cargos para competir en la contienda interna, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, tendrá que solicitar licencia definitiva, pues los 60 días que tiene como límite de licencia temporal no le alcanzan para cubrir del 15 de junio, fecha de separación del cargo, a finales de agosto que se prevé celebrar la encuesta para designar al candidato.
Ya se barajan nombres de sucesores, más allá del secretario de Gobierno, Martí Batres, quien quedaría al frente del Gobierno en forma automática –pero impedido de realizar cambios en el Gabinete–, una vez que el Congreso de la Ciudad de México avale la licencia de Sheinbaum, en la que debería también decretar la ausencia definitiva de la jefa de Gobierno.
Entre los diputados locales de Morena e incluso de la oposición en el Congreso de la Ciudad de México ya mencionan nombres. Acaso la más citada es la secretaria de Finanzas, Luz Elena González, porque para fines operativos del Gobierno es la más cercana a Sheinbaum, lo que le permitirá seguir tomando decisiones aún separada del cargo. Pero también que el tema del gasto público fluya como se ha proyectado, incluso lo que tiene impacto directo con las actividades proselitistas de Sheinbaum. También será clave para blindaje administrativo, por aquello de que la oposición pueda ganar el 2024.
Otro nombre que citan es José Luis Rodríguez Díaz de León, actualmente secretario del Trabajo del gobierno capitalino. No sólo tiene apoyo en Morena, sino también en la oposición, porque consideran que ha trabajado con todos los alcaldes, sin distinción partidista.
También mencionan al titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, Carlos Ulloa, quien en un tramo de la administración fue el secretario particular de Sheinbaum, aunque en la oposición no lo respaldan.
A Martí Batres lo descartan los de Morena porque opinan que él quiere ser candidato en 2024 para gobernar 6 años, y si asumiera la titularidad del Gobierno quedaría constitucionalmente impedido para contender en 2024. La oposición menos quiere a Batres, pues creen que su “autoritarismo” se exacerbaría desde la Jefatura de Gobierno.
Sobre la posibilidad de que Omar García Harfuch sea el relevo de Sheinbaum, los diputados de Morena de inmediato atajan: “No se identifica con las bases de Morena, y además ni es parte del movimiento, ni siquiera estuvo cuando ganamos en 2018”.
Para que Morena y sus aliados designen al sucesor de Sheinbaum necesitan al menos de los diputados priístas. No necesariamente que voten a su favor, pero que de perdis se ausenten de sesión. El artículo 32 Constitucional contempla que para designar al sustituto debe ser “con la asistencia de cuando menos las dos terceras partes del número total de sus miembros, se constituirá inmediatamente en Colegio Electoral y nombrará en escrutinio secreto y por mayoría de dos terceras partes de las y los diputados presentes, una o un Jefe de Gobierno sustituto, en los términos que disponga la ley… si el Congreso no estuviere en sesiones, la Comisión Permanente lo convocará inmediatamente a sesiones extraordinarias para que se constituya en Colegio Electoral…”.
El sucesor de Sheinbaum, en realidad, se decidirá en Palacio Nacional, lo mismo que la convocatoria de Morena del próximo domingo, que todo indica será obligatorio para las ‘corcholatas’ separarse de su cargo, y Sheinbaum tendrá que cumplir a pesar de que ha dicho que renunciará sólo si gana la encuesta. Lo veremos.
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