TRAS LA PUERTA DEL PODER

Roberto Vizcaíno

La imagen fue inédita. El significado político, hasta ayer impensable. El efecto, sorprendente.

Ayer, en los hechos, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su gabinete de Seguridad -encabezado sorpresivamente por el secretario de Gobernación-, dieron un giro de 180 grados para establecer así un nuevo formato en la Glosa de los informes presidenciales ante el Congreso.

Luego de transitar durante 3 años en la permanente reticencia para acudir a rendir cuentas al Congreso, entre duras descalificaciones del propio Presidente, vimos como una parte importante del Gabinete llegó en grupo para abrirse totalmente ante la cámara alta.

Dice el Gran filósofo español Ortega y Gasset que todo en la vida es de acuerdo a su tiempo y circunstancia.  

Hoy la circunstancia exigía una respuesta distinta. Este momento donde los índices y números de los delitos, de las ejecuciones, la inseguridad y la violencia han comenzado a generar ingobernabilidad y graves indicios de que territorios completos son tierra bajo el dominio de narcos o la delincuencia organizada, obligaban a nuevas formas de comparecencia.

El zacatecano Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, lo advirtió desde un día antes. Dijo que la comparecencia de la secretaria de Seguridad Pública Rosa Icela Rodríguez, proyectada para realizarse ayer, no era suficiente para responder a los cuestionamientos previstos de los senadores.

Adelantó entonces que solicitaría al presidente López Obrador -vía el titular de Gobernación-, que la acompañaran los secretarios de la Defensa, general Luis Crescencio Sandoval y el de Marina, almirante José Rafael Ojeda junto con el Comandante en jefe de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, todos ellos integrantes del llamado Gabinete de Seguridad.

AMLO accedió. Los envió con Adán Augusto López, nuevo secretario de Gobernación, al frente. La comparecencia fue en el Pleno no en comisiones.

Todos ellos ocuparon la tribuna del senado presidida por su excompañera de gabinete, la exministra Olga Sánchez Cordero.

Una imagen para la historia, sin duda.

La sesión, igual, inédita y para el registro parlamentario.

Los cuestionamientos y reclamos de la oposición fueron duros, sin concesiones, como era de esperarse de acuerdo con el grave momento mexicano marcado ya por hechos encuadrados en el terrorismo, como son el uso de drones cargados con granadas o autos con explosivos, o paquetes con bombas.

Lo menos que dijeron los senadores del PAN, PRI, PRD y MC es que el grado alcanzado por la violencia y la inseguridad en México, la creciente ocupación territorial del narco y la delincuencia organizada, es el reflejo de la incapacidad del Gobierno y el fracaso de su estrategia de abrazos no balazos.

REFLEXIONES 

Colocar a Adán Augusto López al frente del Gabinete de Seguridad restituye en los hechos la Seguridad Pública a Gobernación.

Acceder a que acudan en grupo los titulares del Gabinete al Congreso, marca una nueva forma de hacer política y una apertura que no se le conocía a AMLO.

Y define además que está dispuesto a abrirse a la rendición de cuentas ante el Congreso.

Pero sobre todo a acceder a peticiones como la de Monreal, quién ayer mismo posteó:

“Reconocemos la voluntad política del Ejecutivo federal para hacer posible la presencia en el Senado del gabinete de Seguridad”, dijo.

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David Polanco

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