Glorieta de Colón
Conforme se acerca el 1 de octubre en que Clara Brugada tomará protesta como jefa de Gobierno, cada vez va siendo más urgente que informe a los ciudadanos, especialistas y no especialistas, de dónde va a obtener los recursos para financiar los programas sociales que, cierto, son necesarios y ayudan a paliar las enormes desigualdades, pero no nada más es crearlos por decreto.
Brugada prometió en campaña otorgar ingresos universales a personas de entre 57 y 60 años de edad. Para lograrlo, una labor muy importante de Brugada es terminar de generarle confianza a los empresarios, sobre todo de pequeñas y medianas empresas, que son los que más impuestos pagan, para que puedan financiar todos sus compromisos de campaña. Ya es tiempo que Brugada muestre proyecciones financieras realistas.
Impuestos y empresarios
Y hablando de empresarios, hace unos días la Coparmex de la Ciudad de México eligió a su nuevo presidente, Adal Ortiz Ávalos, experto en inclusión financiera, por lo que Brugada lo debería considerar como un aliado estratégico, no sólo por el importante cargo que ostenta, sino porque su experiencia le puede ayudar a que los ciudadanos tengan una mejor perspectiva de integración social en tema de dineros, sino también porque es una ruta para que paguen impuestos quienes hasta hoy no lo hacen y esos recursos sirvan precisamente para financiar los programas sociales.
¿Y qué va a ser Batres?
Nos cuentan que hay quienes le han endulzado el oído a Martí Batres sobre su futuro político. Una posibilidad es que la aplanadora de Morena haga su propia reforma al Poder Judicial capitalino, después de la federal, y modifique la Constitución de la CDMX para que quien encabece este poder sea electo en las urnas, y que él sea uno de los aspirantes. Martí Batres es abogado por una universidad bien patito, porque lo corrieron de la Facultad de Derecho de la UNAM, pero si el cuñado pudo ser encargado de la Fiscalía, ¿por qué él no podrá ser magistrado presidente? Faltaba más.
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