Glorieta de Colón
Ahora que Martí Batres y Omar García Harfuch volvieron a enseñar su talante represor en contra de quienes salvan vidas, los trabajadores de la salud del Gobierno de la Ciudad de México, la oposición en el Congreso capitalino le entró al tema y se reunió con un contingente del personal que el martes fue acorralado por granaderos, y de inmediato lanzaron una exigencia al jefe de Gobierno para que les resuelva su situación. Sin embargo, podría ser contraproducente el respaldo de los opositores, porque Batres de por sí está negado a asumir su responsabilidad sobre el tema, ahora se va a resistir más, y no hay que dudar que hasta se atreva a decir que la oposición tripuló a este movimiento. La única realidad es que son más de 6 mil trabajadores, entre médicos, enfermeras, radiólogos, camilleros, administrativos que desde hace más de 10 años esperan recibir su base laboral, y ahora exigen que se les otorgue a propósito de que los van a cambiar a la nómina del IMSS Bienestar.
Pero no generan votos
A propósito del debate sobre los libros de texto, hay otro aspecto muy relevante del tema educativo, que bien podría ayudar el jefe de Gobierno, Martí Batres, con mayor razón porque proviene de una familia de maestros y que su gurú político fue otro maestro, René Bejarano. Batres, muy amigo de Luis Humberto Fernández, autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México, podría cabildear con él para que juntos ayuden a los profesores, en primer lugar, para que su formación profesional sea mejor, porque a diferencia de antes, dicen los expertos, ahora cada 4 ó 5 años se agotan los métodos y las estrategias frente a grupo, porque las generaciones cambian a gran velocidad. También podrían impulsar que los subdirectores y directores de las escuelas tengan una formación previa para ocupar esos cargos. Y finalmente, que entre el GCDMX y la SEP se compartan registros de datos para tener estadísticas confiables. Se ve difícil, porque el tema no genera votos.
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