Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
En el contexto del arranque de las campañas para las Alcaldías y las diputaciones locales en la Ciudad de México se desató una nueva guerra de encuestas: las que colocan –como desde hace meses–, a Clara Brugada con alrededor de 15 puntos de ventaja por sobre Santiago Taboada, y otras cada vez más frecuentes, que ubican a Taboada muy cerca de la morenista e incluso que ya la rebasó.
Lo mismo ocurre con encuestas sobre las Alcaldías, en que los morenistas sin el menor rubor se atreven a difundir que van a ganar en demarcaciones que tienen francamente perdidas, como Álvaro Obregón, Miguel Hidalgo, Coyoacán, o se inventan ventajas hasta de dos dígitos en las que hoy vienen competidas, como Azcapotzalco, Iztacalco, Tlalpan, Xochimilco.
La realidad es que los ciudadanos no tenemos hoy información confiable que nos permita confiar siquiera en la “foto del día” a partir de las encuestas, porque es tanto el bombardeo de ambos lados, que ciegan y ensordecen.
Parecieran más confiables los escenarios que se han trazado sobre cómo podría venir el proceso del 2 de junio, porque estos se realizan con base en datos fundamentales, como el resultado de las elecciones de 2021 y los niveles de aprobación que otorgan los habitantes al gobierno en turno, de Alcaldía o de la ciudad.
Por eso suena inverosímil que Brugada tenga más de 15 puntos de ventaja, cuando en 2021 Morena perdió la Ciudad de México. Poco menos que la mitad de los ciudadanos votaron por ellos, y la oposición en su conjunto los superó al sumar alrededor del 53%, con unos 200 mil votos de ventaja.
Si esto se contrasta con la evaluación ciudadana, aún resulta más incierta la ventaja de Brugada, pues al concluir su gestión al frente del Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum tenía poco menos que el 50% de aprobación. De hecho, esa fue una de las causas por las que el presidente López Obrador anticipó su salida de la “Regencia”, pues su desaprobación iba en aumento.
El otro dato es la calificación del actual jefe de Gobierno, Martí Batres, quien apenas rebasa el 40%, y ha venido en descenso desde que asumió el cargo hace casi 10 meses, en junio del año pasado.
Los estudios demoscópicos todavía se vuelven más desconfiables cuando nos percatamos que en la “letra chiquita” –otros ni la publican– poco más que el 60% de la gente se niega a responder los cuestionarios. Hay que agregar a la incertidumbre que el 15% de la gente se niega a decir por quién va a votar. Entonces, en el mejor de los casos, el universo de personas encuestadas apenas ronda el 30%.
En el caso de la Ciudad de México, otro dato que hay que considerar en el trazo de escenarios es el de los grados de marginación de la gente, pues alrededor del 70% de la población está en los rangos de media marginación, baja marginación y muy baja marginación, lo que puede considerarse clases medias, esas que están enojadas con López Obrador. Refuerza esta afirmación del enojo, que la propia Brugada elude hablar del presidente, como en el debate que no lo mencionó ni una vez, seguramente porque en la CDMX su discurso no puede ponerlo como ejemplo de resultados de gobierno. Ella sólo lo menciona para decir que gracias a él es la candidata.
Hoy no puede afirmarse ni que Brugada va ganando por 15, ni que Taboada ya la rebasó. A pesar de tantas encuestas, estamos a ciegas, sólo con escenarios que pueden tener un margen de error muy grande. Lo veremos.
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