Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Al final, fue puro cuento eso que Clara Brugada ofreció en el debate por la Alcaldía para las elecciones de 2021, el 14 de mayo de ese año: que habría más agua para Iztapalapa por los trabajos que hacían los gobiernos federal, del presidente Andrés Manuel López Obrador, y local, de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
“Con las obras que realice el gobierno federal y de la ciudad se incrementará el agua para Iztapalapa”, dijo en una primera intervención Brugada. Más adelante tuvo que reconocer las limitaciones de los ediles en esta temática.
“No hay que engañar a la población. Las Alcaldías no contamos con atribuciones para traer más agua. El “acuaférico” no es una solución, porque lo que falta es agua, y solo sería un tubo vacío. En este momento el gobierno de México y de la ciudad realizan un conjunto de obras par que por fin llegue más agua a Iztapalapa. Así que apoyaremos la captación de lluvia en casa y en las escuelas, y la distribución universal gratuita y sin condicionamiento de pipas para cuando haya escasez, o sea siempre”. A tres años, nada de eso sucedió. La situación es aún peor. Menos agua entubada y la de pipas es más cara.
El tema del debate 2021 viene a cuento porque el domingo 17 a las 20:00 horas será el primer encuentro entre los candidatos por la Jefatura de Gobierno, Clara Brugada y Santiago Taboada. Bueno, también participará de manera testimonial Salomón Chertorivski, que todo indica será esquirol de la morenista.
De lo que aseveró Brugada en aquel debate ocurrió lo contrario. El problema de escasez de agua es mayor que en 2021 no sólo en Iztapalapa, sino en toda la capital, porque evidentemente ni a Sheinbaum ni a López Obrador les interesó hacer esas obras que según dijo Brugada se estaban realizando.
Sheinbaum eludió el problema: durante su administración se perdió en términos reales casi el 30% de los recursos financieros asignados al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex). De 2019 a 2024 el presupuesto total del Sacmex sumó 82 mil 946 millones de pesos, un promedio de 13 mil 824 millones por año. Es una pérdida en términos reales cercana al 30%, respecto de 2018, pues hay que restarle el acumulado de inflación en el periodo, que es del 28.75%.
En sus tres gestiones como titular de la Alcaldía (antes Delegación) Iztapalapa Brugada no pudo hacer nada para mejorar el abasto de agua, problema que se ha ido agudizando en toda la Ciudad desde que la izquierda llegó a gobernar, en 1997, pues optó por echar cemento en obras vistosas, tipo los segundos pisos del periférico, a cargo de Sheinbaum, entonces la secretaria del Medio Ambiente.
Sólo basta darse una vuelta por Iztapalapa para percatarse de otras promesas que hizo Brugada en ese debate e incumplió: no sustituyó todas las banquetas en mal estado; tampoco avanzó en combate a la inseguridad, sino al contario, porque Iztapalapa tiene la peor percepción de inseguridad en la capital, según el INEGI, con el 72%. El escudo protector que prometió para las zonas limítrofes no existe de facto.
Y peor: su estrategia “especial” contra el robo de negocios es inexistente. Las denuncias por extorsión a comerciantes se triplicaron en el último trienio, con todo y el 98% de cifra negra. A ver qué nuevas promesas hace Brugada el domingo y quiénes se las creen. Lo veremos.
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