Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Si los dirigentes de la llamada “4T” se llegaran a cuestionar por qué crecen las probabilidades de que en 2024 pierdan la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en 2024, la respuesta la tienen en las entrañas de su movimiento y en las incongruencias de hacer lo contrario de lo que pregonaron. Ayer otro gran ejemplo: el encargado de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres ordenó de nueva cuenta acallar con granaderos una manifestación legítima. Esta vez, la bajeza política es mayor, pues se lanzaron contra trabajadores de la salud, ellos los salvadores de vidas. Los revictimizaron, pues desde la administración pública los han castigado con salarios injustos, sin reconocerles derechos ni antigüedad laboral por más de una década. Misma historia con Marcelo Ebrard, Miguel Mancera o Claudia Sheinbaum.
Batres conculca la libre manifestación y el libre tránsito, contrario a la Constitución y al discurso del presidente López Obrador, pues precisamente ayer sometieron a quienes pretendían manifestarse frente a las puertas de Palacio Nacional. Pareciera ser la línea oficial del jefe de la “4T”, no podría ser de otra manera. Una evidencia más de la simulación, esa de la que los capitalinos están hartos, que castigaron severamente en las elecciones de 2021 y podrían ser más drásticos en 2024.
Batres, el que se hizo en las protestas callejeras, toma de instalaciones públicas, bloqueos de calles, avenidas, aeropuertos, hoy es el que castiga esas conductas, de la mano de su jefe de la policía, Omar García Harfuch, el mismo que pareciera estar más ocupado en hacer campaña para 2024 que en garantizar la seguridad ciudadana en la capital.
Desproporcionado dispositivo de granaderos ayer para inocentemente pretender ocultarle a López Obrador un problema político en la capital: casi 6 mil empleados de la salud (médicos, enfermeras, radiólogos, camilleros, administrativos) de una treintena de nosocomios del Gobierno CDMX, la mayoría de los cuales desde hace más de una década están esperando su contrato de base, con derechos laborales de segunda: Galenos, Nómina 8 y Estabilidad Laboral.
En esta etapa, su legítima exigencia es que por fin les entreguen sus contratos de planta, a propósito de que la estructura de salud del Gobierno capitalino pasará a la nómina del IMSS Bienestar, de la administración local a la federal. Ellos no ven con malos ojos ese cambio de adscripción, siempre y cuando antes les entreguen su basificación, para que se les reconozca su antigüedad y demás derechos a la hora de la transición.
Ayer, granaderos de Batres y Harfuch retuvieron a los salvadores de vidas para evitar que se manifestaran frente a las puertas de Palacio Nacional. También les impidieron el paso para que no llegaran al Congreso capitalino, a Eje Central, ni a la Secretaría de Gobernación.
Es la postura represiva de Batres, como cuando ordenó el 23 de julio con un operativo de 500 elementos para reventar por la fuerza una mesa de diálogo con comerciantes de Tláhuac que estaban dentro de la Secretaría de Gobierno de la CDMX; o para golpear a vecinos de Xochimilco, a alcaldes y diputados de oposición para que no votaran la Ley Godoy. Si eso está ocurriendo ahora, la prospectiva para el proceso electoral 2024 es francamente una alerta. Lo veremos.
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