Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
A un mes del proceso electoral estalló otra crisis en el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), pues el nivel de los problemas rebasó a la consejera presidenta del organismo, Patricia Avendaño, quién todo apunta está más interesada en quedar bien con Claudia Sheinbaum, Clara Brugada, Martí Batres y Morena, que con sus pares del Consejo General que ella encabeza.
La autoridad moral de Avendaño está en entredicho, porque al interior, en las comisiones de trabajo, en la estructura del organismo, medio mundo se queja de que trae línea de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y la ven como el “caballo de Troya” para controlar el organismo.
Precisamente su sometimiento a los designios del oficialismo local y nacional es visto como la principal razón por la que no ha tenido una solidaridad real para con los consejeros electorales Erika Estrada y Mauricio Huesca, quienes han recibido amenazas de muerte extensivas a su familia, durante los últimos días.
Ven que no sólo la presidenta actúa con tibieza, sino su mayoría temporal en el Pleno del Consejo General, que la logra con los consejeros Sonia Pérez, Ernesto Ramos y Bernardo Valle, quien es considerado el acomodaticio, el que se mueve para donde va la corriente, y ahora ésta la lleva Avendaño en sintonía con el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde el consejero Jurídico Néstor Vargas es su principal aliado de conveniencia.
Del lado del bloque de resistencia están Estrada y Huesca y la también consejera Carolina del Ángel. Todavía hay quienes esperan que Valle reflexiones y finalmente no permita que el organismo quede totalmente secuestrado por el oficialismo.
En el caso de las amenazas a los consejeros, Avendaño tiene la obligación de actuar con mayor energía, encabezar un posicionamiento histórico del IECM y exigir que el GCDMX y las dependencias federales de seguridad e impartición de justicia velar por la integridad de los siete integrantes del Consejo General. No es posible que no entiendan que proteger a Estrada y a Huesca es protegerse todos, cuidar a la democracia, a los ciudadanos, a la estabilidad política de la Ciudad, del país. Es su obligación.
Pero no. Pareciera que Avendaño se debe solamente a la 4T y a Sheinbaum, quién la promovió para esa posición en octubre de 2021, en una extraña concesión que le hizo el entonces presidente del INE, Lorenzo Córdoba, a la jefa de Gobierno que hoy es candidata presidencial.
Las amenazas contra los consejeros ocurrieron después de que resolvieron una medida cautelar para que Morena, algunos de sus liderazgos y candidatos dejen de utilizar la expresión “cartel inmobiliario” en las campañas.
Por eso, ahora no es descabellado pensar que las amenazas provienen del sector duro de Morena y sus simpatizantes, y se entendería que actuaran de esa manera, porque tienen un muy mal ejemplo por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador. Para no ir más lejos, apenas el lunes otra vez se lanzó con todo contra la consejera electoral Claudia Zavala, también integrante de la Comisión de Quejas, solo que del INE, porque por enésima vez ordenó que borraran una parte de la mañanera del presidente.
El actual Consejo General del IECM está en la disyuntiva de pasar a la historia como el que permitió el abordaje del Gobierno al interior del IECM o el que garantizó la democracia y la alternancia en la CDMX por vez primera en 27 años, de cumplirse el escenario electoral más probable. Lo veremos.
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