TRAS LA PUERTA DEL PODER

Roberto Vizcaíno

Realmente no hubo sorpresa. Del regreso de la exministra Olga Sánchez Cordero al Senado se habló hasta la saciedad. No pasaba un mes en que no se hablara de su salida de Gobernación. Ayer, creo yo para su satisfacción y tranquilidad personal, finalmente el Presidente le acepto su renuncia. Ganó, porque llega al Senado como presidenta de esa cámara. Y sabrá que, bajo el liderazgo de Ricardo Monreal, tendrá respeto y buen trato. Inclusión y reconocimiento digno a su pasado. Ambos son doctores en Derecho. Accederá a foros políticos de alto nivel.

De la llegada del todavía gobernador de Tabasco Adán Augusto López a relevarla en Bucareli, no hay mucho tampoco que decir.

Con un presidente tan absorbente e individualista, egocéntrico, absolutista como Andrés Manuel López Obrador como su jefe, el político tabasqueño sólo será sólo un florero más en el patio que Gobierno AMLO.

Y es que si algo nos ha dejado en claro en estos tres años el de Macuspana es que, quien ejerce realmente todas las carteras, es él. Los demás sólo firman documentos ordenados por él desde Palacio y transcurren como floreros.

Hasta hoy ha habido dentro de su Gabinete 11 cambios de titulares entre remociones, renuncias y enriques, ¿ha notado Usted algún cambio en políticas y programas o conducción de Gobierno?

 ¿No?

Pues tampoco ahora lo habrá.

El que Adán Augusto López sea su amigo, su ahijado, su pariente, tabasqueño como él, no significará nada. Al final quien dirá lo que se hace o no en Gobernación es López Obrador.

Sin duda este otro López pronto extrañará su chamba como gobernador.

Claro, igual podría ser promovido como una opción de Clara Sheinbaum y/o Marcelo Ebrard para el 2024. Pero eso es hoy apenas un sueño. Como andan las cosas hoy para AMLO pudiera ser. Una locura más es posible.

RASPONES Y ATROPELLOS 

Hacia la media tarde de ayer, luego de que en redes sociales y luego en medios se diera la noticia de la salida de Sánchez Cordero de Gobernación y de la llegada de Adán Augusto López a Bucareli, la salida apresurada de Ricardo Monreal a darle la bienvenida al Senado dejó en claro que el golpe de AMLO había sido ejecutado en lo que en mi barrio bajo se conoce como “al chilazo”.

Todavía a medio día la exministra acudió a un evento público en Los Pinos como titular de Gobernación. A su llegada nada decía que fuese a ser removida del cargo. Las crónicas indican que de ahí salió a Palacio ha grabar un video donde López Obrador le da las gracias y a conocer que el gobernador de Tabasco la iba a sustituir.

 Todo lo demás fue una vorágine: Monreal, con su enorme experiencia, se movió de rayo y habló con sus compañeras morenistas Ana Lilia RiveraFreyda Marybel VillegasImelda Castro y Bertha Caraveo para lograr que renunciaran a su muy legítima y válida aspiración para dirigir el Senado y poder recibir a Sánchez Cordero con ese cargo.

Todo además con sonrisas y buena actitud.

Sin duda todas ellas saben que una decisión apresurada de Palacio las atropelló.

Si hubiese sido la salida de Sánchez Cordero de Gobernación una decisión meditada, pausada, digna por parte de AMLO, no hubiera provocado tantos raspones. Desde mucho antes se le hubiera guardado la presidencia del Senado sin emocionar y luego dañar a otras legisladoras.

Pero, bueno, él es lo que es y en eso sólo hay ratificación de dichos, decisiones y hechos. El Olmo no de peras.

Así Olga Sánchez Cordero llega al Senado como deshecho, un cachivache más de AMLO, no como una estrategia para golpear a Monreal. No, por ahí no va su regreso.

….[email protected] / Twitter: @_Vizcaino / Facebook / https://www.facebook.com/rvizcainoa

David Polanco

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