Glorieta de Colón
Claudia Sheinbaum tomó el pan (que no PAN) y lo dio a sus votantes diciéndoles: “Este es de Veracruz, este es de Guerrero, este es de la Ciudad de México”.
La Jefa de Gobierno repartió en mano propia pan de muerto a decenas de personas en el zócalo de la Ciudad de México, la noche del lunes. “Populismo puro como su jefe López Obrador, le acusaron en redes sociales algunos”. Otros decían, palabras más, palabras menos, que “es una gran obra de sencillez y cercanía con el pueblo”.
Fueron 6 mil piezas de pan tradicional y 3 mil vasos de chocolate caliente a visitantes de la Ofrenda Monumental de Día de Muertos, en el zócalo.
Llamó la atención que Sheinbaum estuvo más distante del pueblo que, incluso, su antecesor Miguel Ángel Mancera, aquel que tenía blindaje en su oficina. A diferencia de éste, la jefa de Gobierno departió detrás de una valla.
Por cierto, Sheinbaum cumple a la letra la máxima de la política: “Al pueblo pan y circo”. A lo del lunes, hay que recordar los en el zócalo del Grupo Firme o Los Tigres del Norte, por citar los casos más recientes.
Frenar “Rodadas del Terror”
Esta vez, parece que la oposición en el Congreso de la Ciudad de México tiene razón al exigir a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que no titubee en aplicar Ley y Reglamento de Tránsito a los motociclistas que han retado a la autoridad los últimos días, con lo que llaman “Rodada del Terror”, que desquicia avenidas principales, calles, y pone en riesgo a miles de ciudadanos.
Acaso el gobierno capitalino no quiere parecer autoritario y por eso ha tolerado varios días a los motociclistas, pero al menos bien podrían exigir que, como las manifestaciones y plantones, tales “Rodadas del Terror” o como se llamen, al menos informen con antelación que van a realizarlas, aunque no lleven consigo una causa social, sino puro desmán. El GCDMX está a tiempo de evitar que el problema se les desborde. Lo veremos.
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